El motivo del encuentro fue la celebración del 37 cumpleaños de Diego Matamoros, el segundo hijo de Kiko Matamoros después de Lucía. La presencia de Kiko en el evento familiar fue algo insólito para los presentes, puesto que el televisivo se había mantenido apartado de la vida de sus hijos durante años. 

Diego organizó una cena en un conocido restaurante de Madrid por su cumpleaños. A la cena acudieron su novia, Marta Riumbau, Kiko Matamoros, su novia, Marta López Álamo, e Irene, la más pequeña de los hijos que tuvo el tertuliano con Marián Flores.

El excolaborador de Sálvame ha retomado poco a poco el vínculo con sus hijos, con los que ha protagonizado varias confrontaciones. Para Kiko, su hija Irene era prácticamente una desconocida. Ahora el televisivo ha dado un giro de 180º grados y mantiene una relación estupenda con su hija. 

Conocido por no tener pelos en la lengua y no mostrar sus emociones en pantalla, Kiko Matamoros se ha mantenido tajante durante años ante las peleas familiares. Muchos de los problemas que tuvo con estos surgieron a raíz de los comportamientos de Kiko por la adicción que tuvo a las drogas. Pero Marta López Álamo, su esposa desde hace unos días, ha conseguido ablandar al colaborador de Sálvame y ha intervenido para que Matamoros recuperase el cariño de sus hijos. Es la primera vez en mucho tiempo que el televisivo se lleva bien con todos sus hijos. 

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Irene Matamoros es una de las hijas más desconocidas de Kiko, junto a Lucía, la mayor de los hermanos. La joven no es partidaria de mostrar su rostro públicamente, aunque el otro día estuvo presente en la imagen que sus hermanos subieron a Instagram en stories. Laura Matamoros, una de sus hermanas, solo tiene buenas palabras hacia ella: "Es una chica muy inteligente, lo que gane en Supervivientes será para que ella estudie".