«Cuando llega el calor, los chicos se enamoran…» rezaban Sonia y Selena hace ya más de 20 años mientras cantaban su mítico Yo Quiero Bailar. ¡Y vaya si se enamoran! Que la primavera la sangre altera es algo sabido por todos, pero lo del verano es que es muy fuerte. No sé si soy yo, que la soltería me está derritiendo el cerebro a pasos agigantados, o es que la gente está muy tonta en todo lo que al amor (y desamor) se refiere.

Hablo con amigos y todos, independientemente del sexo, la edad y las circunstancias me comentan lo mismo: ¡Menudo desbarajuste sentimental tenemos! Que si 'trimonios', que si poliamores, que si parejas que se acaban después de una eternidad juntos, que si heteros que no lo son tanto, que si uno tiene una en cada puerto, que si otra se enamora cada 15 minutos, el que tiene un amor a distancia después de una única cita, el del reencuentro con su ex… ¡¿Pero qué pasa?! ¡¿Pero qué invento es este?!

¿No os parece que estamos más enamoradizos de lo normal? ¿No habéis sentido el fraude de una desilusión? ¿Tenéis un amigo a quien le ocurre?

Hoy, vuestra Carrie Bradshaw de Malasaña os habla de los ‘ilusionistas’, esa clase de personas que te generan expectativas sentimentales para después acabar haciéndote ghosting. Pese a que son el escalafón más bajo de los estafadores emocionales (sobre estos tengo un máster de más de 5 años), pueden ser muy dañinos: Te enamoran, te prometen y, como dice el refrán… promete, promete hasta que… ¡Se va al garete! (Por decirlo fino).

Cuidemos a las personas con las que tonteamos, protejamos sus inseguridades y mimemos su estabilidad emocional. No tiene sentido venderle la moto a nadie. Sed honestos, claros y felices, no seáis ilusionistas del amor, que después del verano volverán el otoño y el invierno.