La inseguridad en Tirso de Molina atemoriza a los vecinos: "Algo así terminaría pasando"

Europa Press
Tienda de Tirso de Molina en la que se produjo el asesinato.
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Indignación, rabia, miedo y tristeza. Son muchas las emociones que acompañan a las personas que pasean por la plaza de Tirso de Molina, en Madrid, un día después del asesinato que tuvo lugar en la tienda de ropa Viste Bien. "Es una desgracia", comenta Carlos, un joven que vive por la zona. Ha querido acercarse a dejar un ramo de flores y velas a los pies del local en el que Concha, la mujer que fue apuñalada, trabajaba. No es el único. Son decenas de personas las que se han acercado hasta este punto para rendirle un pequeño homenaje. "Estaba claro que algo así iba a terminar pasando en algún momento", continúa el chico. 

Y es que los vecinos y comerciantes denuncian que la zona está sumida en una "constante inseguridad". "El Ayuntamiento tiene que tomar cartas sobre el asunto, si no lo hace, tendremos que lamentar otro caso así", añade Carlos. Robos, peleas, agresiones, tráfico de drogas... Una tónica que ha acabado hartando a unos vecinos que llevan años denunciando la situación. "Es terrible lo que ha pasado, pero esperemos que sirva para que se solucione el problema y podamos vivir tranquilos y sin tener que pasar miedo".

Sobre las 13.30 horas del pasado lunes, un hombre entró en la tienda de la que Concha era la encargada. Quiso robarle, pero la mujer, de 61 años, se opuso a ello. Fue en ese momento en el que comenzó un forcejeo en el que el atracador terminó apuñalándola. Finalmente, salió corriendo del local, no sin antes coger el dinero de la caja, y dejó allí tirada a la víctima. Cuando los agentes de la Policía Nacional llegaron hasta el lugar, tuvieron que certificar su muerte. Fue imposible reanimarla.

Momento de la detección del presunto autor del asesinato. (EP)

Los autores del crimen lograron escapar. Sin embargo, los agentes policiales han logrado detenerles en la confluencia de la calle Atocha con Relatores. Ha ocurrido este martes, sobre las 16.00 horas. Han arrestado a un hombre, de 58 años y nacionalidad española, como presunto autor material del homicidio, y a una mujer, de 56 años y también nacionalidad española. No obstante, todavía se desconoce qué implicación tuvo esta segunda arrestada, ya que podría haberse limitado a encubrirle o haber participado de una manera más directa en el crimen. Ambos cuentan con antecedentes por robos con violencia, según apuntan fuentes policiales.

Que el desencadenante de este asesinato haya sido un robo, ha despertado una indignación mayor entre los vecinos y comerciantes, que se quejan de que sufren habitualmente hurtos. "Llevamos años denunciando que todos los días entra gente a las tiendas a robar", explica una pareja que suele pasarse por la zona. Por ello, temen que en un futuro pueda producirse un incidente similar. "Quién me dice a mí que mañana no me vaya a entrar alguien a robar en mi tienda y, si yo no cedo, me mate", se queja un vendedor de Tirso de Molina.

"La gente se suele juntar aquí a emborracharse, a drogarse o a traficar. Nadie nos ha querido escuchar y ha terminado pasando esto", comenta un vecino de una calle aledaña a la plaza Tirso de Molina, en el barrio de Lavapiés. "Ha hecho falta este asesinato para que sonase la voz de alarma y, aún así, no es seguro que se vayan a tomar cartas en el asunto par acabar con esta inseguridad", continúa.

Aunque hay problemas de día y de noche, los vecinos sufren más cuando el sol ya no alumbra la plaza.  "Conozco mucha gente que tiene miedo de pasar por aquí de noche, sobre todo sola", indica una vecina del barrio. "Allí siguen reunidos los mismos que se han pasado todo el día consumiendo alcohol", continúa. Por eso, "intento utilizar otro camino distinto a esas horas. No me gustaría verme envuelta en un problema con esas personas", apunta otra vecina. 

Sin embargo, la inseguridad no se palpa de igual manera en todos los puntos de la plaza. Es en la zona oriental de esta donde más problemas suelen producirse. "Se han adueñado del parque infantil— justo enfrente de donde está la tienda que atendía Concha— y se reúnen allí a beber y a drogarse", apuntan. "Las probabilidades de que haya peleas cuando la gente va en esas condiciones son muy altas", continúa.

Por otro lado, la zona occidental de la plaza— hacia la estación de Metro de La Latina— es más tranquila. "Es verdad que todos los días sufrimos robos en la tienda, pero por lo menos estamos lejos de todo ese alboroto", indica la vendedora de un local allí situado. "Los que se juntan en ese parque, se dedican a increpar, acosar, insultar e incluso a escupir a la gente que pasa cerca de ellos", continúa.

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