A pesar del descenso de la intensidad de los disturbios, el Gobierno francés ha desplegado de nuevo, y por tercera noche consecutiva, un extenso contingente de seguridad compuesto por 45.000 policías y gendarmes en todo el país.

"La movilización de las fuerzas de seguridad internas continúa. No decae", ha enfatizado el Ministerio del Interior.

Aunque los incidentes de la noche del sábado han sido de menor gravedad que en días precedentes, sí ha habido un suceso ocurrido en el marco de los disturbios que ha despertado una gran conmoción en todo el país: el ataque a la residencia familiar de Vincent Jeanbrun, alcalde de L'Haÿ-les-Roses, en la periferia sur de París.

Mientras el edil se encontraba trabajando en el Ayuntamiento, unos individuos a los que se busca por intento de asesinato lanzaron un coche en llamas contra la casa, en la que se encontraban sus hijas, de 5 y 7 años, y su esposa. Una de las niñas tuvo que ser atendida por lesiones, al igual que la madre, que tuvo que ser hospitalizada con una fractura en la pierna.

"No dejaremos pasar nada. Estaremos al lado de los alcaldes", ha subrayado este domingo la primera ministra francesa durante su visita a L'Haÿ-les-Roses.

Precisamente a última hora del domingo se ha conocido que el presidente Emmanuel Macron recibirá el martes a los alcaldes de los 220 municipios afectados por estos altercados violentos. Este anuncio ha llegado tras la reunión celebrada horas antes en el Elíseo a la que estaban convocados la primera ministra, Élisabeth Borne, y varios de sus ministros. De acuerdo a fuentes de la Presidencia, la convocatoria tenía por objeto hacer una evaluación detallada de la situación actual, tanto a nivel de seguridad como judicial y de impacto económico de los disturbios.