Muchos barceloneses se preguntan estos días qué les pasa a los enormes plátanos que pueblan las calles de la ciudad y que de forma súbita han perdido la corteza de sus troncos y se han quedado casi "calvos" por una combinación de estrés hídrico y lluvias tardías que ha acelerado su crecimiento y ha llenado alcorques y aceras con los restos de su "piel vieja".

Este fenómeno, registrado también en otras ciudades de España, con condiciones meteorológicas similares en los últimos meses, es "totalmente normal" indican desde el área de Jardines del Ayuntamiento.

Eso sí, remarcan, que este año se ha producido "de forma más drástica" por una climatología extrema, lo que ha provocado que sea mucho más visible a los ojos de los ciudadanos sin conocimientos de botánica, que de repente han visto el paisaje urbano lleno de cortezas de estos árboles, como si se hubiera producido una violenta tormenta.

Los expertos municipales explican que los plátanos, uno de los árboles más habituales de las ciudades españolas, han pasado estos meses de un importante estrés hídrico por falta de agua a un período de lluvias, coincidiendo con el momento de su máxima actividad vegetativa.

Con estas condiciones, los árboles han experimentado un fuerte crecimiento, lo que conlleva que se les desprenda la corteza antigua, en un proceso que les permite poder seguir creciendo de tamaño y ganando diámetro.

"Este proceso, han tranquilizado desde el consistorio, además de ser normal y habitual, es bueno que pase, porque indica que el árbol está sano y se está desarrollando, creciendo y adaptando su estructura a las nuevas condiciones de humedad y peso, y que en estos días y semanas es cuando está más hidratado".

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