Después del polémico juicio del siglo entre Amber Heard y Johnny Depp, y a pesar de que ambos fueron hallados culpables —estribando la diferencia en las cantidades que tenían que pagarse el uno al otro— el actor ha seguido con su carrera como si nada y la intérprete ha vivido un año más cercano al ostracismo, refugiándose en España: primero en Mallorca y, ahora, en Madrid. Pero parece que no le haya afectado porque aquí se siente "muy feliz".

La actriz de Aquaman, de 37 años, fue sorprendida por los periodistas este pasado miércoles a la salida de un restaurante de la capital y, en un español bastante fluido, que ya demostró que maneja recientemente, ha hablado de lo cómoda que se siente ante los micrófonos de Gtres y las cámaras de SplashNews, vídeo que luego han utilizado medios como TMZ.

Tras un "Hola, ¿qué tal?" con el que saluda a los periodistas, Heard responde que está "muy feliz en España", tras la pregunta sobre cómo se encontraba al haber pagado el millón de dólares de deuda a su exmarido, el intérprete de Piratas del Caribe o Eduardo Manostijeras.

Del polémico juicio del siglo contra Johnny Depp a vivir en Madrid: así es la nueva vida de Amber Heard

La actriz, un poco desorientada ("Lo siento, estoy buscando mi coche", se disculpa), ha añadido "espero poder" cuando le han preguntado si se va a quedar mucho tiempo en España. "Espero que puedo [sic] pasar más tiempo aquí. Me encanta vivir aquí", ha dicho sonriente.

Antes de meterse en el transporte, y contestando a si quiere edificar su nueva vida en España junto a su hija de dos años, Oonagh Paige —llegó a recibir amenzas de muerte para la pequeña por haber denunciado a Johnny Depp—, ha dicho claro: "Bueno, tengo vida".

Mientras, Depp está repartiendo equitativamente el millón de dólares que le ha pagado su exmujer entre cinco organizaciones benéficas sin ánimo de lucro, que tratan temas como niños y niñas con enfermedades raras, proporcionar viviendas a comunidades históricamente privadas de derechos y la preservación de ecosistemas.

Según Depp, él nunca quiso el dinero, solo limpiar su nombre, si bien ni en este juicio ni, sobre todo, en el anterior, en Reino Unido, salió realmente victorioso, pues en aquel la justicia consideró que un periódico sí podía referirse a él como "golpeador de mujeres" por haber indicios de malos tratos en 12 de los 14 casos presentados.