La infanta Cristina cumple 58 años con intención de hacer borrón y cuenta nueva en su vida sentimental

La infanta Cristina junto al rey Juan Carlos.
La infanta Cristina junto al rey Juan Carlos.
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La infanta Cristina junto al rey Juan Carlos.

Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia cumple hoy, 13 de junio, 58 años. Muchas cosas van a cambiar a partir de ahora en la vida de la segunda hija de los reyes Juan Carlos y Sofía, que vive en Ginebra desde hace más de una década y no tiene vida oficial como miembro de la familia real.

La más relevante es que la infanta firmará el divorcio con su exmarido, Iñaki Urdangarín, 17 meses después de firmar la separación, que en el comunicado oficial emitido por ellos se definía como "interrupción del matrimonio". La pareja, que mantiene un trato, prefirió no formalizar su ruptura definitiva hasta que la menor de sus cuatro hijos, Irene, cumpliera 18 años, hecho que tuvo lugar el pasado 5 de junio.

Se espera que el procedimiento se desarrolle en Ginebra y no en España, donde contrajeron matrimonio. Acompañados por sus respectivos equipos legales y cumpliendo los requisitos que indica el Código Civil, se divorciarán de mutuo acuerdo ante notario, y para poder hacer el proceso de esta manera se exige que este notario sea competente dentro de su último domicilio común o de la residencia habitual de cualquiera de ellos, que ha sido Ginebra.

Cristina asistió, dicen en su entorno que atónita, a la publicación de unas fotos a comienzo del año pasado de su marido con una abogada vitoriana, Ainhoa Armentia, con la que había comenzado una relación sentimental que a día de hoy se ha consolidado.

La Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, han anunciado este lunes que ponen fin a su relación, tras 24 años de matrimonio y cuatro hijos en común. El anuncio de la separación se produce después de que la semana pasada la revista 'Lecturas' publicara unas fotos de Urdangarin paseando con otra mujer de la mano, que resultó ser una compañera del bufete de abogados en el que trabaja en Vitoria. El propio marido de la Infanta vino a confirmar la noticia y aseguró que la pareja iba a gestionar la situación "de la mejor manera posible".
Los duques de Palma, en el juicio por el Caso Noos. Se separaron hace 17 meses.

Cristina se refugió en sus cuatro hijos, tres de los cuales ya no viven en el nido familiar. Esa es otra de las cosas que podría cambiar en la vida de la infanta a sus 58 años: que la única que aún permanecía viviendo con ella en Ginebra, Irene, decida trasladarse para iniciar sus estudios universitarios. Aunque el círculo próximo a la infanta señala que la más joven de los Urdangarin no tendría interés en dejar Suiza, puesto que allí tiene una vida menos expuesta a los focos. Y aunque se ha especulado con que la niña estudiaría en una famosa escuela de hostelería y negocios suiza, no parece que sea ese el camino académico que siga.

La infanta, que llevaba 24 años casada con el jugador de balonmano del Barcelona y de la Selección Nacional, vivirá a partir de ahora otros cambios, como que su hijo segundo, Pablo (22), ya no jugará en el equipo del Barça de balonmano, sino en Granollers, cuyo equipo lo ha fichado para que juegue en primera división.

El tercero de sus hijos, Miguel (21), el más apartado de la vida pública y social, termina pronto la carrera de Ciencias del Mar que cursa en Inglaterra, lo que posiblemente dé un nuevo giro a su vida.

La infanta ha sido estos meses un apoyo incondicional para sus padres. Acompañó a su madre en la enfermedad y muerte de su hermano, el rey Constantino de Grecia, a quien Sofía estaba estrechamente unida.

También se ha dejado ver con su padre en el nombramiento del escritor Mario Vargas Llosa como académico en París. Igualmente, se ha desplazado en varias ocasiones a Abu Dabi, donde vive Juan Carlos, para visitarle con sus hijos o sola.

Cristina ha estado en Córdoba unos días antes de su cumpleaños acompañada de sus cuatro hijos, según publica la revista Hola. Allí ha hecho turismo, y ha comido en lugares típicos, donde se ha dejado fotografiar y ha saludado a todos lo que se acercaban a ella. Así, comió con sus hijos Juan e Irene en Casa El pisto y con todos en La Ermita de la Candelaria.

Le espera, eso sí, un encuentro cargado de tensión este viernes 16, con motivo de la graduación de su hija en la escuela suiza donde ha concluido el bachillerato. Lo más previsible es que acudan el padre de la niña y su abuelo paterno, un encuentro que vertirá ríos de tinta.

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