Este nuevo estudio, publicado en Obesity Research y del que se hace eco The British Medical Journal, ha analizado el consumo de tabaco, el estilo de vida y las medidas corporales de 22.000 británicos. La principal conclusión, los cigarrillos «ayudan» a distribuir muy mal la grasa, que tiende a acumularse en el abdomen.
Según este estudio, los fumadores habituales tienen más grasa entre la cintura y la cadera que aquellos que no prueban el tabaco. Entre los motivos por los que la grasa «viajaría» hacia el abdomen, el estudio habla de dos posibles explicaciones: «Una es que fumar tenga algún efecto estrogénico, relacionado con las hormonas femeninas, y otra es que los cigarrillos actúen sobre la absorción y el almacenamiento de los ácidos grasos».
¿Fumar, adelgaza?
«Este estudio podría variar de alguna forma la creencia de que fumar es una estrategia eficaz para controlar el peso», señala el investigador Dexter Canoy. ¿Por qué se pierde peso, entonces, al fumar? Adelgazar debido al consumo de tabaco podría estar relacionado por una reducción de la estructura muscular y no del índice de masa corporal.
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