Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Todo el mundo tiene un plan...

Imagen publicada por el gobernador de la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, del lugar donde ha impactado un misil ucraniano.
Imagen publicada por el gobernador de la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, del lugar donde ha impactado un misil ucraniano.
EFE
Imagen publicada por el gobernador de la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, del lugar donde ha impactado un misil ucraniano.

El boxeador Mike Tyson fue campeón mundial en varias ocasiones de la categoría de pesos pesados durante las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado. Tyson disputó 56 combates a lo largo de su carrera y solo fue derrotado en 6 ocasiones. Se le conoce por su especialidad en combates cortos, por sus 44 victorias por K.O en los primeros asaltos. Y, aun así, defendió siempre la idea de que todo el mundo tiene un plan hasta que le dan el primer guantazo.

En el cuadrilátero de Ucrania, los papeles se han intercambiado. El primer Tyson fue la Federación Rusa, pero después de aquel primer asalto de febrero del 2022, su contrincante, Ucrania, se fue creciendo, tuvo un rincón que le apoyó decididamente y le suministró información, recursos y habilidades que le permitieron en primer lugar resistir, y después, asalto a asalto, ir poniendo contra las cuerdas a un oponente que en ocasiones parecía a punto de caer noqueado. Pero ya se sabe que, como se dice en castizo, "hasta el rabo todo es toro", lo que viene a significar que nada está perdido o ganado hasta que todo lo está.

A pesar de las noticias bastante imprecisas al respecto, parece que se ha abierto un nuevo frente, en esta ocasión en Belgorod, territorio de la Federación Rusa situado al norte de Járkov. Los combates en esa provincia tienen como protagonistas a diferentes facciones. Una, la autodenominada Legión para la libertad de Rusia, otra el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la otra, las fuerzas armadas ucranianas que son las encargadas de algunas acciones de operaciones especiales y de los apoyos de fuego. 

Sobre las dos primeras planea la sombra de una ideología ultranacionalista y supremacista (caso de la Legión para la Libertad de Rusia), y neonazi en el caso de la segunda, y que todo el mundo parece querer ignorar en estos momentos por inconveniente o irrelevante, según se mire. Parece que ambas están compuestas por soldados de etnia rusa residentes en Ucrania, rusos desertores de las primeras fases de la contienda y bielorrusos y otras etnias de la Federación Rusa contrarios al régimen de Putin. Lo que sí es evidente es que están armados, adiestrados, sostenidos, informados y coordinados por Ucrania.

Lo cierto es que las acciones en ese nuevo frente han resultado ser un 'crochet' a la mandíbula, un serio contratiempo a los planes de batalla del Kremlin que debe atender esta penetración, bien distrayendo fuerzas del frente que están en actitud defensiva y comprometidas en contener la anunciada contraofensiva ucraniana, bien deteniendo las acciones ofensivas que sigue llevando a cabo en otras partes del frente (línea Kupiansk-Svatove, Avdiivka, Bakhmut…), bien asignando nuevos cometidos a unidades de reserva que tenía dispuestas para otras contingencias.

El hecho de llevar la guerra a territorio de Rusia supone, además, una muestra de debilidad de quien no pudiendo contener a las fuerzas ucranianas en el frente establecido ve con impotencia cómo se abren otros frentes sin que pueda atajarlo de forma inmediata y expeditiva. Además, se están produciendo bajas de población civil rusa sin que aparentemente tengan el mismo eco que las bajas civiles ucranianas; las víctimas civiles no son buenas o malas según el lado del que se produzcan, son muertos y tragedias individuales que hay que evitar a toda costa. 

El hecho de llevar la guerra a territorio de Rusia supone, además, una muestra de debilidad

No olvidemos las bajas que se siguen produciendo entre los habitantes de Crimea, Donest y Lugansk, que también son civiles y se ven afectados por las acciones de guerra; son víctimas no combatientes, aunque no sean proucranianos. Procede no olvidarlo para que la calificación de los hechos no dependa más de las alianzas y de las simpatías que de la gravedad de los mismos.

Y volviendo al aserto de Tyson vemos que ni toda la planificación de los púgiles está entrenada para aguantar los golpes ni mucho menos para devolverlos. Habrá que ver, y lo dudo, si están preparados para dar uno definitivo.

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