En las últimas semanas se han producido varios encuentros entre orcas y barcos, principalmente veleros, en el Estrecho de Gibraltar. El pasado lunes tres tripulantes de un velero tuvieron que ser rescatados después de que un grupo de orcas impactara contra la embarcación cerca de Tarifa. Tres días después, Salvamento Marítimo rescató a los cuatro viajeros que se encontraban a bordo de otro velero que se dirigía a Gibraltar con el que también había impactado un grupo de esta especie de cetáceos. Sin embargo, a pesar de que para muchas personas estas interacciones puedan resultar novedosas, la realidad es que no lo son, según ha indicado a 20minutos Alfredo López Fernández, biólogo del Grupo de Trabajo Orca Atlántica.

Las orcas que habitan en las aguas de la Península Ibérica son observadas en esta época del año en el Estrecho de Gibraltar y la interacción con las embarcaciones es algo que suele ocurrir con frecuencia. De hecho, en lo que va de año "se han producido 30 avistamientos y 53 interacciones", afirma el también miembro de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA). Sin embargo, lo que sí resulta curioso es que a partir del año 2020 las orcas comenzaron a manifestar un comportamiento disruptivo, puesto que estas interacciones empezaron a conllevar el contacto físico con los barcos, provocando temor entre los navegantes.

En principio, las orcas suelen mostrar un comportamiento competitivo cuando se encuentran con embarcaciones. Si los barcos aumentan la velocidad, estos cetáceos hacen lo mismo, como si trataran de ganar una carrera contra ellos. Por esta razón, explica López Fernández, se les recomienda a las embarcaciones disminuir la velocidad en caso de que se encuentren con ellas, para que de esta manera las orcas pierdan el interés y se alejen. Por su parte, cuando los mamíferos entran en contacto físico con los barcos suelen "posar el costado sobre el barco o darle golpes con la cabeza" a la parte inferior con el propósito de intentar mover el timón y girar la embarcación.

¿Actitudes agresivas?

Según indica el experto, a pesar de que las personas interpreten estos comportamientos como "ataques", él asegura que no lo son porque los animales no han reflejado conductas o "actitudes agresivas" y que, por lo tanto, ese contacto directo que llegan a mantener los animales con los barcos se denominan "interacciones". De hecho, comenta que se han producido interacciones con barcos desde cinco hasta 38 metros de longitud y que, en el caso de las embarcaciones más pequeñas, si la intención de los cetáceos hubiera sido causar daño, las habrían destruido. Además, nunca se han mostrado interesadas por los humanos. Sin embargo, cabe destacar que a principios de mayo tres orcas sí lograron hundir un velero mientras estaba siendo remolcado al puerto de Barbate, en Cádiz.

Con respecto a las causas del origen de estos comportamientos en donde está involucrado el contacto físico con la embarcación, el biólogo admite que todavía se desconocen. Sin embargo, la principal hipótesis es que la matriarca del grupo, llamada Gladis, pudo haber vivido una experiencia desagradable con un barco y por esta razón ha decidido impactar contra los mismos. Este comportamiento probablemente es imitado por el resto de ejemplares jóvenes del grupo, sin que ellos sepan verdaderamente por qué lo hacen. Simplemente lo replican.

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El biólogo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte, Dan Olsen, coincide con la hipótesis de López Fernández. "Cuando empezó a ocurrir, pensé que tal vez una hembra o su cría habían sido heridas por la hélice o el timón de un barco, porque siempre parecen ir a por el timón. Y todo en veleros", declaró el experto a la revista National Geographic. Además, en dicho artículo también se sugiere la posibilidad de que ese comportamiento corresponda a una "moda" o especie de juego, ya que en ocasiones anteriores los investigadores han observado a las orcas jugando con medusas o trozos de algas e incluso golpeando, a modo de juego, a pequeñas alcas.

No obstante, también se han registrado episodios puntuales con orcas que han horrorizado a los científicos en otras partes del mundo. En 2016 un grupo de investigadores presenció en una isla de Canadá el primer caso de infanticidio de esta especie, ya que observaron cómo una orca ahogó a la cría de otra. Seis años más tarde la revista Marine Mammal Science publicó un artículo en el que se contaba que un grupo de orcas habían atacado, matado y después se habían comido ballenas azules, las especies más grandes del planeta.

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Según apunta López Fernández, del 2020 al 2021 se produjo un incremento de interacciones de las orcas con las embarcaciones en España. Concretamente, entre julio y noviembre de 2020 se produjeron 52 interacciones en las aguas del Estrecho de Gibraltar, de Portugal y de la costa gallega. Durante el año 2021 se registraron un total 197, la mayoría de ellas en Galicia; mientras que en 2022 este número ascendió hasta llegar a las 207 interacciones y la gran mayoría de ellas se dieron en aguas andaluzas. En lo que respecta a este año, entre enero y mayo se han producido más interacciones que en este mismo periodo del año anterior, con un total de 53 interacciones.

Con motivo de este incremento de interacciones de las orcas con las embarcaciones, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico anunció este martes que ha iniciado el marcaje satelital de los cetáceos con el fin de poder identificarlos y localizarlos. De esta manera, se recopilarán datos sobre la ubicación aproximada de los mamíferos y esta información será compartida con los navegantes, con el propósito de que estos puedan adaptar sus rutas en función a esto y así intenten evitar el riesgo de interacción con las orcas. Hasta ahora, se ha realizado el marcaje de un ejemplar que habría interactuado previamente con barcos.