Entrevista

Marta Jiménez Serrano: "En el amor, no es que arrastremos estereotipos, es que arrastramos siglos de roles"

La escritora Marta Jiménez Serrano.
La escritora Marta Jiménez Serrano.
NOELIA OLBÉS
La escritora Marta Jiménez Serrano.

Chejov, Carver, Salinger… la lista de cuentistas que han diseccionado con maestría las relaciones de pareja es larga. Con una prosa ágil, no exenta de piruetas narrativas –que demuestran el dominio de la autora–, Marta Jiménez Serrano (Madrid, 1990) ofrece en No todo el mundo (Sexto Piso) un caleidoscopio en 14 relatos de voces contemporáneas que gozan y sufren en el amor. Hablamos con ella de su segundo libro en narrativa después de la novela Los nombres propios (Sexto Piso).

Sus relatos están escritos desde diferentes perspectivas: hay espacio para adolescentes, treintañeros; para la abuela Dolores, que se vuelve a enamorar... Y los narradores son a veces hombres, otras mujeres. ¿Era esa su intención: analizar las relaciones desde diferentes perspectivas?En el retrato del amor cotidiano, me resultaba mucho más interesante reflejar la diversidad de opiniones. En el libro, una idea latente es que las relaciones son la confluencia de dos perspectivas hasta que un día, esas perspectivas dejan de coincidir.

Cómo se expresan sus personajes es esencial. ¿Cree que el lenguaje puede vehicular un mundo?Nuestra manera de hablar nos retrata. Me gusta reflejar la oralidad y el lenguaje coloquial. Después de tanto preguntarme cómo creo a mis personajes, he llegado a la conclusión de que lo hago a partir de cómo hablan. Aunque veces no sepa cosas sobre ellos, siempre sé en qué registro se expresan.

Poliamor, amor líquido… Redefinimos y etiquetamos las relaciones continuamente, aunque sigamos arrastrando los estereotipos del amor romántico. ¿Qué es lo que ha aprendido sobre el amor a través de la escritura de No todo el mundo?No es que arrastremos estereotipos, es que arrastramos siglos de roles. Está muy bien que redefinamos y etiquetemos, pero nada cambia de la noche a la mañana. En mis relatos, no parto de las etiquetas, mi intención ha sido retratar cómo se hablan estas cuestiones en lo cotidiano. ¿Qué he aprendido? No lo sé… Tal vez me he dado cuenta de que estamos muy pendientes de lo que debe ser una relación y una persona; de que no debemos ser celosos, de la simetría. Mi interés ha sido retratar lo que hay en el espacio entre lo que creemos que debe ser y lo que realmente es. Estoy aprendiendo mucho de las conversaciones con los lectores.

¿Entre sus lectores, hay más mujeres que hombres?Sí, porque son las que más leen en España; los clubes de lectura, las colas en las ferias del libro; mires dónde mires, siempre hay más mujeres.

"Mi interés ha sido retratar lo que hay en el espacio entre lo que creemos que debe ser y lo que realmente es en una relación"

La pareja sigue siendo una institución. Pero si ni el patrimonio, ni el matrimonio, ni los hijos nos unen en muchos casos, ¿qué nos une?Cuando la mujer no era independiente económicamente, las funciones estaban claras. Las cosas han cambiado y cada pareja está creando su idiosincrasia. Hay parejas que no tienen exclusividad sexual, pero que pasan juntos las vacaciones. Y parejas con exclusividad sexual, pero que prefieren pasar las Navidades con amigos.

Sus personajes, no solo ellas, sino también ellos, intentan hablar las cosas; se nota que han oído hablar de la inteligencia emocional. Este libro sí retrata una evolución en nuestras interacciones…Los hombres antes se salían por la tangente con aquello de "no me apetece hablar del tema". Hoy somos conscientes de que comunicarse es una parte necesaria de una relación. Luego, como reflejo con mis personajes, algunos lo conseguimos con mayor o menor torpeza.

En una entrevista, citó esta anécdota de la escritora Joan Didion: 'un día haciendo un reportaje, vio a una niña con la boca llena de polvo de cocaína y lo primero que pensó fue 'qué imagen tan poderosa para un libro'". Al no ser este libro tan autobiográfico, supongo que se habrá sentido más libre que con el anterior.Aun así, mientras lo escribía, la gente me contaba cosas sobre su vida íntima y yo pensaba 'joder, qué detalle más bueno…'. Pero no lo puedo usar por discreción. A nivel personal, No todo el mundo me ha generado menos problemas porque es un libro ficcionado: puedo haber usado algunas dinámicas o detalles, pero en su gran parte ha sido inventado. Mi novela anterior era un poco más biográfica y acabé un poco cansada. He disfrutado de la invención.

¿Y ahora con qué está?Con una novela que está en un estadio muy inicial. Además, con la promo va lentito, pero ahí va. 

"Hoy somos conscientes de que comunicarse es una parte necesaria de una relación"

¿Cree que llegará el día en el que en España el cuento tenga el mismo estatus que la novela?No lo sé, se me da muy mal analizar este tipo de cuestiones. Lo cierto es que todo el mundo me decía que el relato no le iba a interesar a nadie y parece que me está yendo mejor que con la novela. Sigue imperando la visión de a ver quién la tiene más larga, y que una novela de 500 páginas es más difícil de escribir que un relato de 20. Es una visión muy infantil. Yo creo que son retos distintos. El cuento requiere síntesis, por ejemplo. Al menos, el relato es el paso previo a la novela. Yo estoy muy contenta de haber publicado antes una novela.

En Cuando yo te conocí el protagonista va a un taller de escritura y al principio no le gusta la autoficción que escribe la chica que le gusta del taller (el género de los que no tienen imaginación, de los vagos, de los ególatras y de los sensibleros). ¿Cuáles son los límites de la autoficción? ¿Cuándo no funciona?Cuando está mal escrita. Hablamos de la autoficción como si fuera una cosa muy rara, pero funciona igual que la novela negra, la histórica o la costumbrista. Funciona muy bien cuando está bien escrita y construida y cuando el autor ha pensado en qué orden va a contar las cosas y qué voz utilizar y cómo reordenar los elementos.

¿Qué cuentistas, en tu opinión, han diseccionado con maestría las relaciones?He leído muchísimo a Alejandro Zambra, en especial, Mis documentos. También los Nueve Cuentos de J.D. Salinger. Están muy presentes los cuentos de Cortázar que he leído varias veces.

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