Entrevista

Mar García Puig: "Una madre no es un ser perfecto ni un ángel que nos han vendido"

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista Mar García Puig. Diputada En Comú Podem. La historia de los vertebrados
La diputada de En Comú Podem Mar García Puig, y autora del libro La historia de los vertebrados, ante los leones del Congreso, en Madrid.
JORGE PARÍS
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista Mar García Puig. Diputada En Comú Podem. La historia de los vertebrados

Lo primero que uno ve al entrar en el despacho de la diputada de En Comú Podem Mar García Puig son dos sillitas infantiles apoyadas contra la ventana. Pertenecen a sus mellizos Sara y David (nombre literarios), nacidos, cosas de la vida, el mismo día en que obtuvo su escaño, el 20 de diciembre de 2015. Esta triple maternidad causó en la joven diputada, 

-filóloga y editora hasta entonces-, una ciénaga emocional, el salto de una línea finísima entre la locura y la cordura. Para salir de ese pozo negro donde el nacimiento de sus hijos y la política la sumieron en un parto muy doloroso, buceó entre historias de mujeres -escritoras, sicólogas, esposas de notables, aristócratas...- que pasaron por lo mismo que ella: el pavor a que a tus hijos les suceda algo, una brutal ansiedad, la recurrente visita a siquiatras y la incomprensión sobre el papel de las madres que no responden al ideal. En La historia de los vertebrados (Random House), García Puig repasa nombres y experiencias de un estado que navega, con riesgo continuo de naufragio, entre el mito, el desgarro y la felicidad. "Amo a mis hijos tanto como los temo", sentencia García Puig en una de sus páginas. 

¿Cómo se encuentra ahora, siete años después de su crisis materno-personal?Estoy mejor, también porque he entendido que tengo que convivir con ello. Creo que el miedo es una compañía que llevamos todos toda la vida y los que tenemos hijos, más. Y tengo que convivir con ese miedo. También he aceptado que en mi caso la ansiedad es una especie de compañera de vida y tengo que convivir con ella y saber manejarla y aceptar que a veces me desborde. Antes, cargaba con mucha culpa cuando eso me pasaba.

¿Está sobrevalorada la maternidad o simplemente mitificada?Creo que está mitificada o idealizada. Incluso te venden la idea de una única y posible maternidad. Y entonces, cuando no alcanzas ese modelo es cuando sobreviene esto, que tiene mucho con la culpa de no llegar a ese ideal materno. Afortunadamente, se va hablando de esto. Hablando del libro de Rachel Cusck, Un trabajo para toda la vida, sobre la maternidad, me sorprendió leer que se publicó en EEUU en 2000, y cuando me documentaba para mi libro leí que hubo críticos y gente que dijeron que tenían que retirarle la custodia de sus hijos, porque contaba una maternidad no ideal y no dulce.  

¿Hay un ideal para la maternidad?Esta idea de la maternidad ideal pesa sobre las madres pero también sobre todo el mundo, también los hijos. Las madres somos el blanco de todas las terapias pero porque a los hijos les han enseñado que una madre no puede fallar nunca y debe ser de una forma. Y cuando su madre no es así, que no lo es casi nunca, por no decir nunca, todo el mundo se viene abajo. Es lo que le pasó a la familia que me rodeaba. Si el entorno hubiera estado más preparado para otras ideas, quizás no hubiera tenido una separación y unas consecuencias familiares.

"Yo no soy una madre arrepentida, me parece lícito serlo, pero yo no lo soy"

Después de lo vivido, ¿volvería a intentar convertirse en madre?Una de las cosas que ha surgido es el tema de las madres arrepentidas, incluso se publicó un libro sobre esto. Pero yo no soy madre arrepentida. Me parece muy lícito serlo, pero no es mi caso. Yo he encontrado mucha felicidad en la maternidad, lo que pasa es que también hay sombras. Yo estaba preparada para esa felicidad, pero no para esas sombras. Pero a mí la maternidad me ha aportado muchas cosas y soy una madre feliz más allá de que la maternidad, como todo en la vida, también conlleva malestar muchas veces.

Este libro lo escribió tras su duro proceso por ansiedad. Pero el camino ha sido largo, siete años.De profesión soy editora aunque esté en este paréntesis político. Siempre he estado vinculada a los libros. Por eso, cuando a mí me pasa esto, aparte de recurrir a la sicología y a la siquiatría, recurro mucho a los libros, siempre han sido una terapia. Más allá de leer y releer a autoras, empiezo a ver que hay autoras que sufrieron cosas parecidas a la mía. Desentierro historiales médicos y hago una investigación . Como buena obsesiva que soy, sin todavía saber mucho a dónde me iba a llevar, me consume mucho tiempo.

Hay muchas referencias históricas y grandes nombres de la cultura, como Sylvia Plath.Me sumerjo también en todos los manuales siquiátricos desde la Antigüedad hasta la actualidad; me fascina la época victoriana, porque es una época que literariamente me ha gustado y porque el mito del ángel del hogar se forma entonces. Y también la siquiatría moderna y el concepto actual que tenemos de la locura. Me detengo muchísimo en investigar en esa época y acumulo una cantidad ingente de material. Luego el proceso de escritura, que es bastante reciente. Tuvo que pasar un tiempo para que yo fuera capaz de procesar todo eso. Y lo que acaba de disparar la forma que tiene el libro final es cuando voy a visitar a mi siquiatra y me da mi historial médico. De repente se convierte en materia literaria. Aparte, es muy bonito, está muy bien escrito. Todo está anotado, es como una novela a muchas voces. Al tenerlo delante, yo mismo aparezco como personajes y soy capaz de entretejer las historias.

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La escritora, durante su entrevista con 20minutos en uno de los pasillos de Congreso de los Diputados.
JORGE PARÍS
"Hay una sensación de utilidad de que esto le sirva a mis hijos y a otras personas"

¿Qué catarsis ha ejercido sobre usted misma? ¿O ha sido más un rememorar viejos dolores?Tiene de las dos cosas. Por un lado, creo que a cualquier madre que no ha vivido los primeros días o meses de sus hijos con total intensidad (y padre) siempre te pesa; yo me perdí la época mejor de mi vida, porque te la venden así. Al revivirla, tenía ese sentimiento constante. Pero también hay una especie de encontrar una utilidad para todo lo que pase, no solo para mí, sino para mis hijos. De hecho, hay una cosa circular: intentar explicar que las madres no debemos cargar con esa culpa, explicar a mis hijos qué me paso, saber entender a las madres, dejar de estar sintiéndonos siempre culpables (aunque al final, lo sigo haciendo porque pido perdón a mis hijos). Igual que a mí los libros me sirvieron de terapia, por poco que pueda servirles a otros, me doy por satisfecha.

¿Dejará que sus hijos lean este libro cuando sean mayores y capaces de procesar toda esa información personalísima? Ellos saben que yo he escrito un cuento muy largo en el que los dos salen. No saben nada más. Al principio del libro hago una broma-chiste en los círculos sicoanalistas: es una madre que va al sicoanalista y le dice "explíqueme qué tengo que hacer para que mi hijo sea feliz". Y él responde, vuelva dentro de cuatro años y le diré todo lo que ha hecho mal. Muchas veces he fantaseado cómo les voy a contar qué paso esos meses y cómo es su madre. Cada una tiene una personalidad y le va dejando los posos a nuestros hijos. No hay una crianza perfecta, hacemos lo que podemos. Y los intento educar con unos valores en los que sepan aprender la fragilidad, la debilidad… Espero que un día me puedan perdonar por todo lo que he hecho mal. Y que sean capaces de poner en contexto que una madre no es un ser perfecto ni un ángel que nos han vendido.

¿Cuánto tienen de parecido la maternidad y el feminismo?Una cosa que me ha servido mucho en el libro es que ahora puedo entender más a mi madre. He rechazado el modelo de mi madre, no quería ser como ella. Y eso lo hacemos porque creemos que somos muy feministas, y que queremos ser otro tipo de mujer. Y en el fondo, no estamos entendiendo las fuerzas que actuaron sobre nuestras madres. Una de las cosas que me gusta es que hombres y mujeres que no son madres se acerquen a este libro, porque habla de más cosas: el amor, el miedo… La mayor parte de los fenómenos siquiátricos recientes se vinculan con la madre: o la obsesiva, la ausente, a medias, del todo… Creo que el feminismo también tiene que hacer una labor de que puedas ser o no madre, que ser mujer no esté vinculado a la maternidad, dejar de demonizar a las madres. Y sobre todo, a las que no son como nosotras.

"Una de mis terapias es saber que como madre tengo limitaciones"

¿Y por qué esto no pasa con los padres?Primero, porque todavía no hay esa corresponsabilidad. Y después, porque el ideal paterno no es tan estricto como el materno. El padre ideal es el que los lleva al partido, comparte una charla… Hay una vinculación entre mujer y locura (en siquiatría lo llaman la brecha farmacológica) que tiene muchas explicaciones: una de ellas es que las mujeres en muchas cosas estamos en contacto con cosas mucho más extremas. Ahora que los hombres no van a la guerra como antes, nosotras, muchas veces estamos en situación que nos acerca más a la vejez, la muerte, como cuidar a nuestros mayores. Yo he pasado por la prematuridad de mis hijos y he estado mucho en el hospital, seguimos estando más que ellos…Y eso tiene consecuencias en la salud mental. Ese miedo a que les pase algo a tus hijos también está presente, pero la culpa, la responsabilidad, se les ha enseñado de otra forma. Y a nosotras no. Una de mis terapias es saber que como madre tengo limitaciones, no puedo garantizarles que siempre voy a estar allí ni que jamás les va a pasar nada. A veces me molestan los lemas del Día de la Madre: el amor de una madre lo puede todo… Pues no. Eso de que el amor materno es una fuerza sobre natural… no.

¿Cree si en lugar de ser política y tener que viajar continuamente hubiera sido profesora o traductora su reacción a su doble maternidad habría sido la misma?Creo que muy probablemente me habría pasado igual o en otra medida porque les pasa a muchísimas mujeres, que en su trabajo no lo pueden decir. El hecho de que yo esté aquí en el Congreso, por un lado, me ha permitido decirlo porque tengo cierta voz pública y cierta legitimidad: si es diputada parece que no es tan inútil. Pero también creo que es algo muy transversal que puede pasar en cualquier profesión o entre mujeres que no trabajan. Pero es verdad que a mí esta coincidencia en el tiempo, de período, dijéramos, sí me hizo darme cuenta de muchas cosas. Yo tenía la profesión casi más pública que se puede tener y que se supone es racional, no debe estar marcada por los sentimientos, no existe el malestar, la locura. Y a la vez me convertí en madre que es lo más privado, lo más individual, doméstico.

Una curiosa paradoja, desde luego.Que ambas cosas coincidieran me hizo darme cuenta de que ni esto de la política es tan racional, cuerdo y vertical, ni lo otro es tan individual. Te das cuentas de que esas esferas, donde una era cosa de hombres, y otra de mujeres, están mezcladas y una determina a otra. Yo no sería la misma diputada sin haber vivido lo que viví ni habría sido la misma madre.

"No pensé nunca en dejar mi escaño cuando me pasó esto"

¿Nunca pensó en dejar su escaño con todo lo que le pasó?En general no, pero yo creo que aquí hay gente que se ha paseado con la carta de dimisión. A mí la gente me pregunta si tengo amigos de otras formaciones políticas y yo digo que no, que somos compañeros de tarea. Me paso aquí muchas horas. A raíz del libro lo he comentado con compañeros de otros partidos. He empezado a hablar de cosas que normalmente no hablas mucho, porque aquí mostrarse débil, frágil, no está bien visto, como en todos los trabajos, pero en éste te lo callas más porque te pueden linchar públicamente, pues del tipo “no puedo más”, “he tenido que venir con mi madre en el tanatorio”… Yo hablo de la crianza de los niños, pero hay mil cosas: tu padre, tu madre…Muchos hemos fantaseado con la idea de irnos, pero si nos vamos todos aquellos que reclamamos que los diputados también puedan ser cuidadores, al final ¿qué modelo de sociedad estamos proyectando?. Hay gente que me decía, tú eres política, ya sabías dónde te metías. Pero yo respondo, ya pero mis hijos tienen unos derechos, y lo mismo si mi madre estuviera enferma. Parece que cuando te haces política es una carta blanca de sufrir, de no poder estar con los tuyos. 

¿Y qué opinan compañeros de otras bancadas?El otro día le dediqué el libro a una compañera del grupo popular. Y le puse: “Nos reconocemos en muchas cosas”. El tema de la conciliación, de la violencia política, nos afecta por igual a todas. Menos con personajes de la ultraderecha, con casi todos los grupos he hablado de este libro.

¿No percibe que algo han cambiado las cosas, que ya no hacemos tanta diferencia entre roles de mujer y de hombre?Es así, sí. Pero caemos en la tentación de decir que esto es muy naif, si hay mujeres al mando, esto cambia. Y no, porque es un tema de sistema. Si seguimos con el mismo, da igual que haya mujeres al mando. A veces tenemos que mostrar más y nos endurecemos. No es un tema solo de paridad, pero no es suficiente. Si estos puestos reproducen lo mismo, estamos en las mismas. Ha habido un discurso de feminización de la política, de que las mujeres estén en la primera línea pero ahora tenemos que ir un paso más allá: mujeres y hombres compartamos unas prácticas.

¿Se va a presentar a las próximas elecciones?No, creo que no. Me da miedo decirlo de forma rotunda porque en la vida… Pero para las próximas elecciones llevaré ocho años, dos legislaturas. Y en mi grupo teníamos esa idea, de estar solo dos legislaturas y creo que es un tiempo más que razonable. Yo nunca me he considerado una figura política, por eso he podido escribir este libro con más libertad. Si tuviera aspiraciones más altas, hay ciertas cosas que no me habría atrevido a contar. No me he considerado política en cuanto a carrera, sino que yo vengo de vinculaciones con el mundo del feminismo y me lo he tomado como un episodio en el que podía aportar y del que también he sacado mucho provecho. Es una experiencia que me ha gustado mucho. Pero está bien que haya regeneración.

Nunca la locura me pareció tan entendible. ¿Por qué somos tan despectivos con ese término?La salud mental está en la base de la salud en general, de la tristeza, y en la base de todo, de malestares extremos. Se habla mucho de que somos una sociedad que vive de espaldas a la muerte, pero también vive de espaldas a la locura. Todo el mundo alguna vez en la vida se ha sentido amenazado. Lo tratamos con desprecio, presumimos de ser muy cuerdos y eso es de dime de qué presumes…

¿Quizás porque no aceptamos que lo malo está en el día a día con lo bueno?Y más en esta sociedad del pensamiento positivo, la autoayuda, donde cualquier sentimiento mínimamente, cuando no aceptamos la frustración, la ansiedad, los nervios, es cuando estamos dando entrada a la incomprensión, a la confrontación. Ahora hablamos de salud mental, ponemos el foco en lo sanitario y está muy bien, pero también hay que ponerlo en lo humano. Por eso reivindico los libros y entender que la locura igual que el amor, y el nacimiento, son experiencias humanas y hay que convivir con ellas.

"No nos preparan para que la pareja cambie cuando se tienen hijos"

Usted se separó de su pareja cuando sus hijos eran bebés. Si hay que elegir ¿preferimos la maternidad al amor?Ese es otro tema que se aborda poco, que es cómo cambia una relación después del nacimiento de un hijo. Hay un tópico que, al menos, se ha caído: vamos a tener un hijo para que nos una más. Ya nadie piensa eso. Habría que entrar en si el amor es siempre ese enamoramiento, que es también parte del pensamiento positivo: que debe ser siempre pasional, exento de conflictos…No se aborda cómo te cambia la relación de pareja con un nacimiento. Pero como solo tiene cabida el amor perfecto…Yo no lo exploro mucho pero el otro día lo pensé: me gustaría ver estadísticas de parejas separadas tras ser padres. Tampoco nos preparan para eso.

La historia de los vertebrados, de Mar García Puig. Un alegato contra la maternidad ideal.
La historia de los vertebrados, de Mar García Puig. Un alegato contra la maternidad ideal.
Random House
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