Otra vuelta de tuerca en la guerra: Moscú acusa a Ucrania de atacar el Kremlin con drones para matar a Putin

El Kremlin y de la catedral de San Basilio en la Plaza Roja de Moscú.
El Kremlin y de la catedral de San Basilio en la Plaza Roja de Moscú.
YURI KOCHETKOV / EFE
El Kremlin y de la catedral de San Basilio en la Plaza Roja de Moscú.
Ucrania intentó anoche atacar con drones el Kremlin, denunció hoy la Presidencia de Rusia, que amenazó con medidas de represalia. Según la agencia Interfax, dos drones que se dirigían al Kremlin fueron destruidos y sus restos cayeron en el recinto de la sede principal del presidente ruso, Vladímir Putin.
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La invasión rusa de Ucrania empezó entre rumores sobre el primer plan de Moscú: parecía que era llegar a Kiev y derrocar a Volodimir Zelenski. Pero ese camino no surtió efecto para Rusia. Ahora es Rusia la que ha acusado a Ucrania de atacar el Kremlin con drones para "matar" a Vladimir Putin -que no se encontraba en el edificio, según algunos medios-. De hecho, el Gobierno ruso habla de "acto terrorista planificado" y se reserva la opción, dice, de "tomar las medidas de respuesta" que considere. Otra vuelta de tuerca en la guerra a solo unos días del 9 de mayo, fecha clave para Rusia por el Día de la Victoria, y con la sombra cada vez más alargada de una posible contraofensiva ucraniana.

"El régimen de Kiev ha realizado esta noche un intento de atacar la residencia del presidente ruso en el Kremlin", ha expresado la Presidencia rusa en un comunicado, antes de reseñar que Putin no ha resultado herido y que sigue trabajando con normalidad. "El presidente de Rusia no ha resultado herido como resultado de este acto terrorista", ha recalcado el texto. "Como resultado de las adecuadas acciones del Ejército y los servicios especiales a través del uso de sistemas de radares, los aparatos han sido puestos fuera de servicio", ha manifestado, al tiempo que ha añadido que "no hay víctimas ni daños materiales como resultado de la caída de fragmentos en los patios del Kremlin", sentenciaron.

Que el conflicto va a entrar en una nueva fase parece un hecho muy claro. "Rusia se reserva el derecho de adoptar medidas en respuesta donde y cuando considere apropiado", avisó el Gobierno de Putin tras dar a conocer los hechos. Eso sí, tras el suceso, el alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, ha anunciado una prohibición del uso de drones, "a excepción de los utilizados por decisión de las autoridades". En Rusia los nervios van a más, y se está reforzando desde hace días la seguridad -precisamente antes del 9 de mayo-. "La medida ha sido adoptada para evitar el uso no autorizado de drones, lo que podría dañar los trabajos de las agencias de seguridad", resaltó el alcalde.

Ucrania, por su parte, ha negado cualquier responsabilidad. Kiev, asimismo, recordó que el propósito del presidente Volodímir Zelenski es "liberar su propio territorio", no "atacar a otros", por lo que se desmarcó de la denuncia de Rusia. "No tenemos información alguna sobre los supuestos ataques nocturnos contra el Kremlin", aseguró a través de su cuenta en Twitter el asesor de la presidencia ucraniana, Myjailo Podolyak, en respuesta al comunicado de Moscú amenazando con represalias al presunto ataque.

Ahora el Gobierno de Zelenski lo que teme es un ataque "a gran escala" por parte de las tropas de Moscú, por lo que este incidente sería la excusa para lanzar otra ofensiva. Podolyak de hecho sospecha que los ataques con drones pueden ser obras de grupos de "resistencia" locales, ya que considera que Putin está perdiendo el control de lo que ocurre a pie de calle en Rusia y también en los cielos. En este sentido, ha afirmado que cualquier persona tiene acceso a este tipo de objetos. Para Ucrania, repitió, "esta es una guerra exclusivamente defensiva".

La entrada de Ucrania en la OTAN

Por otra parte, el propio Zelenski ha pedido este miércoles desde Finlandia a sus socios occidentales que den "pasos más importantes" para la futura entrada de su país en la OTAN. "Queremos que el apoyo político sea una invitación para Ucrania", ha reclamado el presidente. "Mientras continúe la guerra, no estaremos en la OTAN. Somos conscientes de ello, pero nos gustaría que, además de puertas abiertas, nuestros socios también dieran algunos pasos más importantes", ha reclamado Zelenski este miércoles en una rueda de prensa conjunta con el presidente finlandés, Sauli Niinisto.

"Queremos que el apoyo político sea una invitación para Ucrania", ha reclamado un Zelenski, quien también ha pedido a sus socios occidentales garantías de seguridad hasta que Ucrania logra su ansiada membresía en la Alianza. En este sentido, también ha dejado entrever que la posible entrega de aviones de combate más modernos está condicionada por los éxitos que Kiev pueda conseguir en la tan anunciada contraofensiva que está preparando.

"Estoy seguro de que tendremos estos aviones porque pronto tendremos operaciones ofensivas. Después, estoy seguro, de que nos darán estos aviones. Me gustaría que fuera al revés porque sería más fácil, pero esto es lo que hay", ha dicho Zelenski. El presidente ha señalado que Ucrania ha tenido que demostrar durante este año que merece la confianza de sus socios occidentales, los cuales, ha dicho, han ido suministrando armamento y equipos a medida que conseguían los objetivos marcados.

Sobre el terreno también se mueven las cosas y la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, ha alertado este miércoles de que las autoridades rusas están enviando a delincuentes a los territorios actualmente ocupados por Moscú para hacer aumentar la delincuencia y criminalidad. "El poder de ocupación ruso no puede lograr la obediencia de nuestros ciudadanos, por lo tanto, para intimidar, Rusia ha introducido la delincuencia controlada en los territorios ocupados", ha manifestado Malyar en su cuenta de Telegram.

De acuerdo con la viceministra de Defensa , Moscú trata de "mantener a la sociedad atemorizada", para lo que está "exacerbando deliberadamente la situación criminal" a través de "grupos de provocadores especialmente entrenados" para estos cometidos. "Los ocupantes provocan deliberadamente un aumento en el número de casos de conflictos agudos en lugares públicos, que se traducen en brutales palizas a ciudadanos que no están de acuerdo con el régimen de ocupación ruso", ha concluido Malyar.

En ese contexto, las autoridades ucranianas han anunciado la imposición de un toque de queda en toda la ciudad de Jersón que durará desde el viernes por la tarde hasta el lunes por la mañana, entre especulaciones constantes sobre el posible inicio de una contraofensiva de manera inminente. El gobernador de Jersón, Oleksander Prokudin, ha confirmado que durante 58 horas -del viernes a las 20.00 al lunes a las 6.00- no se podrá estar en la calle ni salir o entrar de la ciudad, por lo que ha exhortado a la población a abastecerse de los suministros básicos. Prokudin ha explicado en su cuenta de Telegram que se trata de restricciones "necesarias" para que las fuerzas ucranianas puedan hacer su trabajo, si bien no ha entrado en más detalles sobre futuros movimientos.

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