Así es pablopablo, el hijo de Jorge Drexler que ya triunfa en la música

El músico Pablo Drexler, conocido como pablopablo.
El músico Pablo Drexler, conocido como pablopablo.
Instagram Pablo Drexler
El músico Pablo Drexler, conocido como pablopablo.

Quizá haya algo de aventura en utilizar como álter ego artístico un solo nombre duplicado, como expiando desde el principio los posibles pecados de decicarse a lo mismo que sus padres. Y así, sin apellidos, es más sencillo, algo más ambiguo también, y sobre todo menos evidente. Sin embargo, pablopablo nunca ha negado quién se esconde detrás de ese trasunto musical: él es Pablo Drexler, el hijo mayor del uruguayo Jorge Drexler y la sueca Ana Laan, quienes estuvieron juntos durante más de una década. Y él ha tenido claro su camino desde que era pequeño.

"Yo no pretendo huir de quien es mi padre, me encanta el apellido Drexler. Pero el apellido lo relaciono con los carteles de mi padre cuando me iba de gira con él y con sus canciones, que no son las mías. No es tanto por ocultar mi nombre, que no se puede, sino que es por crear una nueva vida y que no distraiga un apellido", dijo en una entrevista con El Mundo.

Nació en la comunidad de Madrid —"soy de San Lorenzo del Escorial, no de Madrid", ha matizado—, en 1998, y tras estudiar en el colegio público integrado de música y danza General Padre Antonio Soler, se marcharía a Londres para estudiar la carrera de Composición y Música Electrónica en el Guildhall School of Music & Drama, aunque agrega: "Tener estudios no es necesario ni suficiente. Hay gente sin estudios haciendo cosas espectaculares. Para mí es una herramienta y cuando hago una canción intento ignorar todo lo que sé de armonía".

La capital británica, eso sí, es una ciudad sin la que no se entiende el estilo que persigue y que, de paso, le ha ayudado a ser bilingüe. "El castellano últimamente me llama mucho porque tiene una sonoridad especial que cuando la clavas es particularmente bonito para mí. Hacer música siempre ha sido parte de mi vida", declaró en una entrevista con el portal Neo2, añadiendo que "desde pequeño siempre estaba tocando algún tambor o cantando algo", por lo que "fue una progresión bastante natural" que acabse dedicándose a lo mismo que sus padres.

Él mismo reconocía en una entrevista con El País que ha tenido mucha suerte. No solo porque desde pequeño escuchase en casa algunos de sus primeros ídolos como McCartney, Lennon, Green Day, Kurt Cobain o Eminem, sino porque nunca tuvo miedo de decir "Quiero ser cantante", para más tarde adentrarse en otro terrenos como James Blake ("un artista fundamental", defiende), Kanye West o Rosalía, de quien asegura que ha sido "importantísima" para su generación.

"Mis padres cantan y era muy fácil para mí aceptar que era una opción viable. Quizás mi privilegio más grande es tener una familia a la que no tengo que explicarle que quiero ser músico. Un padre normal te dice: 'Estudia una carrera, asegúrate algo'. Yo tengo muchos colegas muy talentosos que sus padres no lo entienden y me da mucha rabia. Para los míos nunca ha sido un problema", explicaba.

De hecho, cuando le dicen que la influencia de su padre es innegable, responde "¿Se nota, verdad? [...] Sobre todo en las letras". Y es que a mediados del año pasado sacaba su primer disco, titulado homónimamente pablopablo. "Nació cuando me di cuenta de que tenía este disco y de que me gustaban todas las canciones por igual. Llevo haciendo canciones desde muy pequeño, pero esta es la primera vez que me he sentido preparado para empezar un proyecto así", le confesó a Neo2.

Un disco que compuso "desde mitad de 2020 hasta final de 2021" y del que le gustan todas las facetas, desde ser el compositor a su versión como cantante o productor, ya que toca "guitarra, piano, bajo, percusión" y lo que le pongan "menos cosas de viento". Sin embargo, algo que definitivamente le ha cambiado la vida ha sido formar parte de la troupe de C. Tangana, una colaboración que ha detallado cómo se gestó.

"Tuve la oportunidad loquísima de currar con Pucho, porque mi viejo hizo un tema con él [Nominao], y me dijo 'Oye, vente a poner micros' porque era en pandemia y no podía llevar a nadie. Y yo, que soy un poco pillo, en una que salió Pucho a fumar un piti fuera, me puse a tocar el piano para que me oyese. Acabamos haciendo una canción que no salió", rememoraba para El País.

"La siguiente sesión grabaron Tocarte, y yo como que me había ganado el derecho a estar allí involucrado. La hicimos en mi ordenador. Yo hice el beat y la armonía con Víctor [Martínez, mano derecha musical de Pucho]. Después pasaron unos meses en los que le mandaba cosas y no me contestaba nunca. Se la sudaba. Lo entiendo, su whatsapp tiene que ser un infierno. Pero al final me llamó para que le ayudara a modernizar el show. Empecé como asesor creativo. Produciendo cosas que están el disco que quería que fueran distintas en directo", contaba.

Ahora él solo va por más de 60.000 oyentes mensuales en Spotify y él sabe que algo así te cambia en la industria. "Antes una discográfica ponía pasta para que un tema saliera en la radio durante horas y ahora todo es mucho más democrático. Si lo petas es porque a la gente le gustas. Está de moda romper todo, hacer cosas raras y eso a mí me mola. Hay más coraje porque las discográficas pierden peso, la peña es más independiente y eso permite que se vean nuevas cosas", zanja.

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