México suele aparecer como uno de los lugares más peligrosos para losperiodistas, ¿cuál es la diferencia entre trabajar de periodista allí y en Europa?Sólo por darte un dato. El año pasado, en 2022, según la organización Artículo 19, se registraron 12 asesinatos y más de 100 en los últimos años. Yo sólo te preguntaría a ti qué significaría en España el asesinato de un solo periodista. Te puedes dar cuenta del significado que tiene la enorme dificultad de ejercer a plenitud un trabajo tan esencial para una democracia como es el periodismo.

¿Se puede ejercer un periodismo de calidad con ese nivel de violencia?En entornos de esta naturaleza, en entornos complejos para la libre expresión y para la libertad de investigación, también se desarrollan espacios de alta creatividad, de trabajo colaborativo, de fórmulas que permitan expresar, investigar y dar a conocer lo que nuestras sociedades necesitan conocer.

Con ese nivel de riesgo, ¿qué empuja a seguir trabajando como periodista?Pues un poco entre la necedad y la convicción de que nuestro trabajo, el periodístico, es un necesario para nuestra sociedad, es una herramienta fundamental para que la democracia o los intentos de democracia puedan caminar.

Usted ha denunciado constantemente la corrupción del Estado en México, ¿qué papel han tenido las administraciones en la violencia contra la prensa?Cuando hablamos de casos extremos como son los asesinatos o las persecuciones o las amenazas en contra de periodistas en diferentes partes del país, la impunidad es lo que manda. La no acción del Estado es clarísima y, en muchas ocasiones, no es solo la omisión, sino la acción de autoridades que van en contra de periodistas. En algunas regiones del país queda claro que la principal fuente de agresión en contra de periodistas proviene del propio ámbito de la autoridad.

¿Ha supuesto algún cambio la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2018 en la relación del Estado con la prensa?El presidente está permanentemente en una exposición de varias horas durante la mañana, pero lo que ha distinguido a estas conferencias de prensa, tristemente no ha sido estrictamente la rendición de cuentas, sino alentar el encono, para profundizar la división, para generar un clima confrontativo. Él mismo es una figura pendenciera que busca permanentemente la confrontación y, en ese sentido, se le parece a otras figuras presidenciales que hemos visto en los últimos tiempos en otros países que han decidido que la prensa es la enemiga, una cuestión a denigrar, a satanizar, a estigmatizar...

En sus alocuciones AMLO exige insistentmente que España pida perdón por la conquista, ¿es una visión generalizada en México?No es algo que haya movilizado masas, ciertamente que no. Pero AMLO es el tipo de personaje que genera este tipo de circunstancias. Hay ciertas situaciones que se crean con un propósito específico de polemizar, de distraer la atención en cierto tipo de debate y es verdad que el presidente sabe que para una parte importante de la sociedad mexicana ese es obviamente un capítulo traumático y es algo que siempre vale la pena discutir, históricamente hablando, e incluso entre los países involucrados en el tiempo moderno.

La violencia de los cárteles del narcotráfico es uno de los temas con los que siempre se relaciona a México. ¿Ha variado la situación en los últimos tiempos?Estamos en un momento donde los principales cárteles mexicanos, el cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco, nueva generación en particular, son literalmente multinacionales. El Estado mexicano no ha logrado desmontar ese circuito de negocio criminal que han traído de la mano una violencia extrema. México es un país que tiene reconocidas más de 100.000 personas desaparecidas. Eso te puede dar la dimensión del fenómeno criminal que ha existido en los últimos años y que tristemente persiste.

¿Hacer frontera con Estados Unidos ha resultado un lastre en este sentido?¿Dónde está el origen del problema en ese mercado que es el más grande del mundo de consumidores o en uno de los países que produce o distribuye lo que ellos necesitan? Pues cada quien se pone donde quiere. por otro lado, de allá para acá también otro negocio, otro negocio gigantesco que es el de las armas. México tiene una enorme cantidad de armas con la cual se produce una gran caos de muertes y esa mayor cantidad de armas viene de allá, viene de los Estados Unidos y ahí también hay un negocio que ellos prefieren no poner en su balanza. Hay demasiado dinero circulando y hay demasiado discurso que no resuelve la realidad, porque al final de cuentas hay conveniencia de negocio.

¿Está México condenado entonces a ser un estado de casi fallido?No te acepto la palabra condenado, me resisto a aceptarla. Yo creo que como cualquier país, tenemos derecho y obligación de hacer lo necesario para que esto se revierta y que tengamos un país que funcione en materia democrática, de justicia, en materia de equidad, pues eso es una aspiración que cualquier país debe sostener.

¿Qué papel tienen los periodistas mexicanos en ese cambio?Un papel muy importante. Yo creo muchísimo en el periodismo, creo muchísimo en el valor de lo que hacemos, porque nuestra tarea permite ponerle luz a los asuntos en donde la gente pueda entender la realidad. Lo que nosotros hacemos es eso, llevarle a las personas información, hallazgos, revelaciones, alentar el debate público y subrayar la importancia de la crítica frente a las acciones gubernamentales y de otros poderes. Yo creo muchísimo en eso. Pienso que una democracia, que una sociedad no puede vivir sin el periodismo.