Adquirir una vivienda supone para el comprador una importante inversión de dinero. Al precio total de la casa, acordado por ambas partes, hay que sumarle una serie de impuestos que aumentan el coste. Y ya si se solicita un préstamo hipotecario, se generan otros intereses que incrementan más ese precio final.

Los compradores tienen muchas dudas a la hora de comprar un inmueble, sobre todo porque desconocen qué impuestos tienen que pagar y cuál sería el desembolso total. En cada comunidad es diferente la legislación que establece los gastos por este tipo de transacciones. En el caso de Euskadi, el comprador tiene que asumir una serie de impuestos que dependerán de si la vivienda es nueva o de segunda mano, según el Servicio Vasco de Vivienda.

En lo que se refiere a gastos para casas de segunda mano, está obligado a pagar los asociados a la notaría por la realización de la escritura y se calcula sobre el valor de la casa. También tiene que hacerse cargo de los gastos de registro por la inscripción de la escritura de compraventa en el Registro de la Propiedad. De igual manera, se calcula aplicando un arancel sobre el valor del inmueble.

La provincia de Euskadi donde es más barato el metro cuadrado para comprar una vivienda

Compraventa a un particular

Cuando se trata de una vivienda de segunda mano, que se ha adquirido a través de un particular, se tendrá que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales a un tipo del 6% sobre el valor real del inmueble. Bien es cierto que las Haciendas Forales de las diferentes provincias suelen tener sus propios criterios de valoración y aplican este impuesto según sus datos, no sobre el valor declarado en la escritura de la vivienda comprada.

Otro de los intereses que hay que pagar es el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana —también conocido como plusvalía—. En este caso, será el vendedor el que se haga cargo de pagarlo, excepto que en la transacción se acuerde lo contrario entre ambas partes. Lo mismo ocurre con los gastos por cancelación de cargas, como la hipoteca, que corresponde al vendedor, excepto en los casos de subrogación de hipoteca, que efectivamente el pago iría por cuenta del comprador.