Las joyas o los demás elementos y piezas de oro que se puedan tener en el hogar son susceptibles de ir perdiendo brillo debido a la acumulación de suciedad, incluso aunque no se utilicen las joyas. De este modo, conviene conocer algunos trucos y recomendaciones para que cada una de las piezas de oro recuperen su brillo original.

Antes de nada, hay que tener en cuenta que cada pieza de oro es diferente y, por tanto, la forma de limpiarla varía, ya que algunos son más delicados que otros y se pueden dañar si se aplican los productos equivocados. En este caso, los pasos descritos a continuación son para limpiar el oro amarillo, que es el más común. 

Pasos para limpiar oro amarillo en casa

En primer lugar, hay que saber que una de las formas más sencillas para limpiar el oro amarillo es utilizar una mezcla de jabón suave y agua, echándolo en un recipiente donde quepan las piezas de oro, ya que hay que sumergirlas, dejando actuar unos 15 minutos o media hora.

Después, pieza por pieza, hay que ir frotando suavemente todas sus partes con un paño limpio o con un cepillo de cerdas finas y suaves, de tal modo que no se estropee la joya. 

Por último, se enjuaga con agua de nuevo para eliminar cualquier resto de producto y se seca con un paño limpio y seco, retirando bien toda la humedad y comprobando que el oro vuelve a brillar de nuevo. 

En el caso de que el oro tenga manchas que no se hayan podido eliminar con este sencillo proceso, se puede probar a hacer una mezcla de bicarbonato y agua, para frotar con el cepillo sobre esas manchas. Sin embargo, este método no es aconsejable cuando la pieza tiene piedras preciosas u otros detalles, que podrían dañarse con el bicarbonato. 

En ese caso o si no se pueden quitar las manchas con este segundo truco, lo mejor es acudir a un joyero, que utiliza técnicas profesionales para limpiar las joyas y que estas vuelvan a su estado original, limpiando y puliendo su superficie.