Isabel Pantoja acudió este sábado al Baile de la Rosa, una inolvidable velada presidida por Alberto y Carolina de Mónaco, cumpliendo así un sueño de toda la vida. La tonadillera, que brilló con luz propia y llegó a eclipsar a muchos de los invitados gracias a un aplaudido vestido rosa de gasa con motivos florales y complementos verdes firmado por Isabel Sanchís, aguantó de fiesta hasta la madrugada y se lo pasó en grande.

Así lo atestigua un infiltrado de Socialité en la velada. "Estaba relajada y feliz", ha contado en el programa de María Patiño, asegurando que la tonadillera estaba sentada muy cerca de la familia Grimaldi. 

Además, la presentadora ha desvelado lo ocurrido cerca de la una de la mañana, que implica de lleno tanto a Carolina de Mónaco como a Isabel Pantoja. Según ha contado, la artista estuvo muy pendiente de Carolina de Mónaco toda la noche. Así, en un momento determinado, Isabel se dio cuenta de que Carolina se iba a marchar del evento, y la tonadillera no dudó un segundo en levantarse, acompañada de su traductor, para acercarse a ella y conocerla personalmente.

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"Isabel la pierde, no puede seguirla y desconozco si el encuentro ha tenido lugar", ha contado Patiño, que, no obstante, asegura que su confidente le ha dicho que cree que sí la conoció, porque Isabel estuvo varios minutos alejada de la mesa en la que estaba sentada.

Además, cumplió otro sueño, tal y como la artista contó en sus redes: llegar a codearse con una de las grandes divas de la canción y una de sus ídolos, la gran Shirley Bassey.

Volviendo al infiltrado de Socialité, ha contado que tanto Agustín como Isabel estuvieron muy animados y alegres durante toda la velada y que, incluso, llegaron a marcarse unos pasos de baile en la pista.