China 'se cansa' de la guerra: cómo el gigante asiático ha pasado de mantenerse al margen a querer ser mediador entre Rusia y Ucrania

Xi Jinping se despide de Putin tras su visita a Moscú.
Xi Jinping se despide de Putin tras su visita a Moscú.
EFE
Xi Jinping se despide de Putin tras su visita a Moscú.
Xi Jinping se despide de Putin tras su visita a Moscú.
EFE - EP

China no quería saber demasiado sobre la invasión rusa de Ucrania. Ni pretendía influir en los asuntos de otros países -una máxima que lleva décadas aplicando- ni buscaba que el conflicto afectara a su dinámica nacional, harto complicada si tenemos en cuenta que el gigante asiático está inmerso en un cambio de modelo. Pero eso ha cambiado porque Pekín se ha cansado de las hostilidades. Demasiadas turbulencias. Así, con la difícil etiqueta de salvador, de héroe, de país influyente, el Gobierno de Xi Jinping lleva bajo el brazo un plan de 12 puntos para la paz. Se lo puso a Vladimir Putin encima de la mesa, y espera también un guiño por parte de Volodimir Zelenski.

Inés Arco, investigadora del Cidob sobre Asia-Pacífico, explica a 20minutos que "China quería un conflicto corto, que no tenga ningún tipo de repercusión a nivel doméstico". En este sentido, la analista recuerda que hay "un elemento de descontento por los efectos de la guerra, con un impacto negativo también a la imagen de China por la posición ambivalente". Al final, dice, "esta guerra no beneficia a China como no beneficia al sur global".

Arco ve dos elementos clave para entender el cambio de posición de China: "Uno es doméstico, con el Congreso del partido con el que Xi consolidó su poder; China ahí se focalizó en las cuestiones internas. Eso ha pasado y el país ya está en un momento en el que puede tener importancia internacional". El segundo va ligado directamente al primero. "Empeoraron las perspectivas de China a nivel internacional y en parte por eso lanzan el plan de paz para intentar clarificar la situación de la guerra", comenta. Arco asimismo ve "curioso" que en un principio "esto se presenta como un resumen de la posición de China, pero luego pasa a ser un acuerdo de paz cuando Rusia y Ucrania se interesan por la hoja de ruta".

Pekín además quiere aportar "competitividad para intentar ganarse a los países del sur global que buscan esa paz, frente a Estados Unidos, que no está en posición de mediar". El gigante asiático es el mediador tranquilo. "China intenta mostrarse como un país responsable a expensas de lo que está haciendo Washington. Pekín muestra que EEUU está avivando la guerra. Es también una competición sobre narrativas", termina Arco, que considera que "realmente lo que va a marcar si estamos viendo un cambio en el papel de China es si finalmente se produce la llamada de Xi a Zelenski".

Luis Rodrigo de Castro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad CEU San Pablo, desarrolla por su parte que China ha entrado en la fase ahora "de la política exterior" después de estabilizar a nivel interno "tanto la economía como la salida de la Covid". Pekín ha cambiado de chip y en este sentido se ve en disposición de ser mediador. "Quiere que se vea que actúa ya como una gran potencia". Y el plan además es "breve" para que pueda ser "flexible" en caso de llegar a una mesa de negociaciones, aunque Rodrigo asume que "tiene algunos puntos que no son asumibles por ninguna de las partes".

En ese escenario, China sabe que su rival estratégico es Estados Unidos y es consciente a la vez de que una mediación suya entre Rusia y Ucrania puede acabar impulsando los postulados del gigante asiático frente a los de Washington. De hecho, el Gobierno de Xi Jinping no rehúye la dureza del mensaje. "Si EEUU no pisa el freno y sigue acelerando por el camino equivocado, no habrá barandilla que pueda evitar el descarrilamiento y seguramente habrá conflicto y confrontación", señaló hace algunas semanas el ministro chino de Exteriores, Qin Gang, en su estreno en el cargo. Rodrigo aquí añade un componente: "China se ve con superioridad moral sobre EEUU para ser mediador porque no hay pruebas de que haya enviado armas a Rusia, pese a los rumores. Washington sí lo ha hecho con Ucrania".

El esquema bipolar al que ha vuelto el mundo lo asume el Ejecutivo de Xi con total naturalidad, y sabe quién tiene que ser su socio más cercano. "Con China y Rusia trabajando juntas, el mundo tendrá una fuerza motriz", expresó el jefe de la diplomacia china, antes de sentenciar que "cuanto más inestable se vuelva el mundo, más imperativo es que China y Rusia profundicen sus relaciones". La imagen de Putin recibiendo con honores a su homólogo chino en Moscú dio buena cuenta de esa relación estrecha que, en cambio, ha tenido importantes altibajos precisamente en torno al papel de Pekín en los primeros meses de la invasión de Ucrania.

Si bien Moscú acepta -a medias- el plan de paz de China, Occidente, como es lógico, no hace lo propio. Estados Unidos se ha desmarcado rotundamente de esa hoja de ruta, y a la UE tampoco le convence el proyecto: los 27 quieren que el paso lo marque Volodimir Zelenski, no el gigante asiático. "El diablo está en los detalles, así que una comunicación directa entre ambos sería útil. Dependerá de Zelenski y su equipo evaluar la propuesta si le ven méritos", sostuvo el primer ministro neerlandés, Mark Rutte. 

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, defendió el envío de armas a Kiev porque, según la Carta de Naciones Unidas, "tiene derecho a defenderse", y avisó a China de que "apoyar al agresor es ir en sentido contrario". En este sentido, también la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, defendió que "garantizar el equilibrio de las fuerzas" en el campo de batalla es el "único modo para al final forzar una negociación de paz que debe ser justa", sin olvidar "quién es el agresor y quién es el agredido". 

Estos son los 12 puntos del plan chino para la paz en Ucrania:

  1. Respetar la soberanía de todos los países. La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser defendidas de manera efectiva. Pekín pide respetar estrictamente el derecho internacional universalmente reconocido por Naciones Unidas, lo que pasaría por el respeto de las fronteras de Ucrania.
  2. Abandonar la mentalidad de Guerra Fría. La seguridad de un país no debe buscarse a expensas de otros. La seguridad de una región no debe lograrse fortaleciendo o ampliando bloques militares. Los intereses y preocupaciones de seguridad legítimos de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente. Este punto condena tanto el expansionismo de la OTAN como la decisión del Kremlin de invadir territorio ucraniano.
  3. Cese de hostilidades. Todas las partes deben apoyar a Rusia y Ucrania para que trabajen en la misma dirección y reanuden el diálogo directo lo más rápido posible, a fin de reducir gradualmente la situación y, en última instancia, alcanzar un alto el fuego integral.
  4. Reanudación de las conversaciones de paz. El diálogo y la negociación son la única solución viable a la crisis de Ucrania. Deben alentarse y apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan al arreglo pacífico de la crisis. La comunidad internacional debe promover conversaciones por la paz y crear plataformas para la reanudación de la negociación.
  5. Resolver la crisis humanitaria. Las operaciones humanitarias deben seguir los principios de neutralidad e imparcialidad, y las cuestiones humanitarias no deben politizarse. La seguridad de los civiles debe protegerse de manera efectiva y deben establecerse corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las zonas de conflicto. Se debe apoyar a la ONU para que desempeñe un papel de coordinación en la canalización de la ayuda humanitaria.
  6. Protección de civiles y prisioneros de guerra. Las partes en conflicto deben cumplir estrictamente el derecho internacional humanitario, evitar atacar a civiles o instalaciones civiles, proteger a mujeres, niños y otras víctimas del conflicto y respetar los derechos básicos de los prisioneros de guerra. China apoya el intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania y pide a todas las partes que creen condiciones más favorables para este fin.
  7. Mantener seguras las centrales nucleares. China se opone a los ataques armados contra plantas de energía nuclear u otras instalaciones nucleares pacíficas, y pide a todas las partes que cumplan con la Convención sobre Seguridad Nuclear (CNS). China apoya el papel del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) como supervisor.
  8. Evitar la proliferación nuclear. No se deben usar armas nucleares y no se deben librar guerras nucleares. Se debe prevenir la proliferación nuclear. China también se opone a la investigación, el desarrollo y el uso de armas químicas y biológicas por parte de cualquier país bajo cualquier circunstancia.
  9. Facilitar las exportaciones de cereales. Todas las partes deben implementar la Iniciativa de Granos del Mar Negro firmada por Rusia, Turquía, Ucrania y la ONU de manera completa y efectiva.
  10. Detener las sanciones unilaterales. China se opone a las sanciones unilaterales no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Los países pertinentes deben dejar de abusar de las sanciones unilaterales contra otros países. Pekín pide abiertamente que se eliminen las sanciones de Occidente a Rusia.
  11. Mantener estables las cadenas industriales y de suministro. Todas las partes deben mantener seriamente el sistema económico mundial existente y oponerse al uso de la economía mundial como herramienta o arma con fines políticos.
  12. Promoción de la reconstrucción. La comunidad internacional debe tomar medidas para apoyar la reconstrucción postconflicto en las zonas afectadas. China está lista para brindar asistencia y desempeñar un papel constructivo en este esfuerzo.
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