El 65% de la población de 23 vecindarios de Barcelona se beneficia en seis años del Pla de Barris, que aspira a ser metropolitano

Ciutat Meridiana.
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El Pla de Barris de Barcelona cumple este 2023 seis años y dos ediciones a pleno rendimiento con 1.167 acciones encaminadas a revertir las desigualdades en 23 vecindarios de la capital catalana. La primera edición abarcó de 2017 a 2020, en el primer mandato de BComú al frente del Ayuntamiento, y el segundo traspasará el actual, que acaba a finales de mayo, y se irá más allá de 2024. 

Para el Consistorio, el impacto y los beneficios para los habitantes de estos 23 barrios de un total de 73 de la capital catalana son, a estas alturas, "indiscutibles", como ha explicado este miércoles el teniente de alcalde y regidor del Pla de Barris, Jordi Martí. Y la vigencia de los planes podrían pasar, perfectamente, de los cuatro a los 8 años, una visión compartida por Aurora Álvarez, presidenta de la asociación de vecinos del Verdum, en el distrito de Nou Barris. 

Martí también ha apuntado a que, en un futuro cercano, el Pla de Barris tendría que pasar a tener una "dimensión metropolitana", ya que la segregación territorial no entiende de fronteras administrativas. Y ha puesto como ejemplo gráfico que "todo lo que se está haciendo en el margen derecho del río Besòs tendría que pasar al margen izquierdo".

Su principal objetivo se está consiguiendo día a día, ha asegurado Martí: "Que el código postal condicione lo menos posible la vida de los barceloneses" o, lo que es lo mismo, luchar contra la desigualdad y la segregación territorial. Por ello, en estos seis años de vigencia de las dos ediciones del Pla, el gobierno municipal ha destinado un gasto directo extraordinario de 300 millones de euros (150 millones de euros por edición) para incidir positivamente en los barrios con más indicadores de vulnerabilidad. 

El regidor no ha negado que esta planificación es "heredera directa" del Pla de Barris de 2004 lanzado por la Generalitat, que fue la primera institución catalana en lanzar un plan de choque contra las desigualdades de estas características. Y ha confiado en que el ejecutivo catalán sabrá volver a hacer una nueva convocatoria de su Pla de Barris para inyectar dinero a este efecto y, de paso, compartir el peso de esta empresa titánica con el Ayuntamiento barcelonés. 

Por ámbitos, los dos Plans de Barris han destinado 48 millones de euros a acciones vinculadas a los derechos sociales; 43 millones a vivienda;  65 millones a educación y la mayor dotación, 144 millones de euros, a inversiones en obra pública (con un desglose de 113 millones para la mejora del espacio colectivo). 

La Mina, a Sant Adrià de Besòs, es posarà en marxa un dels programes subvencionats pel Pla de Barris.
La Mina, a Sant Adrià de Besòs, es posarà en marxa un dels programes subvencionats pel Pla de Barris.
J. C.

En total, cerca del 65% de la población de los 23 barrios beneficiarios de este programa han recibido los "impactos positivos" del mismo en sus dos ediciones, de ellos, 111.032 directamente (el 30%), en forma de actividades infantiles, planes de ocupación laboral, uso de nuevos equipamientos o rehabilitación de viviendas, ha detallado Martí. Otros 136.845 vecinos (el 35%) lo han hecho indirectamente, entre familiares o allegados. 

Del total de más de 1,6 millones de barceloneses, un 23% (385.274 habitantes) han podido ser partícipes de alguna o algunas de las 1.167 acciones desplegadas, el 40% con el apoyo de entidades y colectivos del propio territorio de actuación. Martí ha definido esta cantidad de ámbitos de actuación como una operación constante de "microcirugía" insertada en un plan "muy grande" y ambicioso. 

La educación, la más beneficiada

El apartado dedicado a la educación ha sido el que más ha resaltado el Ayuntamiento este miércoles por su importancia estratégica tanto en la  mejora de escuelas como en la ampliación de la oferta educativa no formal y artística. Casi 20.000 alumnos han podido participar en actividades artísticas con 250 horas de media en formación repartidas por 62 centros diferentes.

Los 65 millones de euros invertidos en los centros educativos han ido destinados a 74 colegios, 10 de ellos guarderías, con proyectos como el de dotación en las plantillas de equipos sociales, de atención psicológica o  de mediación. El equipo docente de todos estos centros se ha visto reforzado para responder mejor "a las necesidades educativas especiales que existen en estos entornos". El éxito ha sido tal que Martí ha asegurado que el propio sistema educativo local ha pedido al Consistorio que "traslade" estas medidas a sus respectivos equipamientos.

Un 23% (385.264 barceloneses) han podido ser partícipes de alguna o algunas de las 1.167 acciones desplegadas por las dos ediciones del Pla de Barris

Prácticamente la mitad de los 65 millones de euros (33 millones) han ido dirigidos específicamente a la mejora de 25 centros y seis institutos-escuela (donde se cursa Primaria y Secundaria en el mismo lugar y con el mismo equipo docente, una medida muy efectiva, ha insistido el regidor, para disminuir las tasas de abandono escolar). 

Del mismo modo, un total de 8 salas de actos de otras tantas escuelas se han reconvertido en salas comunitarias de actividades socioculturales para sus respectivos barrios, con una cifra de 30.000 beneficiarios directos. 

Los derechos sociales han atraído 48 millones de euros de presupuesto desglosados en 446 acciones concretas. Se han desarrollado varios programas específicos contra la feminización de la pobreza en los barrios barceloneses con los indicadores más desfavorecidos y se ha atendido a más de 16.000 personas en el nuevo servicio para tramitar ayudas de otras administraciones. 

La vivienda, el otro gran caballo de batalla

En la cuestión de la vivienda, el Pla de Barris tiene como prioridad acompañar a aquellas fincas en las que se concentra una mayor vulnerabilidad social. Un análisis de todo el parque inmobiliario de la capital catalana realizado conjuntamente con la Universitat Pompeu Fabra (UPF) concluyó, ha dicho Martí, que los bloques que no recibían ayudas no era por falta de indicadores de vulnerabilidad, sino por motivos como "no disponer de comunidad de vecinos o tener muchos inquilinos sin contrato de alquiler". 

Por ello, la segunda edición del programa de barrios ha incidido en dar entrada a los fondos económicos del mismo a más de 160 fincas. De estas, 86 ya han sido rehabilitadas (llegarán a ser 166 al final de la segunda edición del Pla) y seis han sido mejoradas con ayuda directa de personas insertadas laboralmente y procedentes del mismo barrio. Vecinos en el paro que han sido formados para realizar estas tareas y que en algún caso eran inquilinos de la propia comunidad. 

Pla General d'un tram de la Via Trajana.
Pla General d'un tram de la Via Trajana.
ACN

El espacio público se ha llevado el grueso de la inversión centrándose en esta segunda tanda en las zonas "limítrofes entre barrios", como el gran parque que se ha ganado en los alrededores de Ciutat Meridana (Nou Barris) y en la mejora de la accesibilidad en un barrio como este, de montaña, con la colocación de escaleras mecánicas.  

Planes a 8 años vista

Aurora Álvarez, presidenta de la AAVV del Verdum, ha intervenido este miércoles en la presentación del balance de los dos Plans de Barris consecutivos de Barcelona para incidir en el hecho de que sus cuatro años de duración son poco tiempo como para desarrollarlos y que su duración debería doblarse como mínimo a los 8 años. "No nos da margen para poder trabajar realmente de manera participativa", ha dicho. También ha exigido al Ayuntamiento disponer de "calendarios de trabajo y de procesos participativos menos apretados" así como que las "contrataciones de obras y programas las lleven a cabo entidades, cooperativas y empresas del propio territorio". 

"Al final, las empresas que optan a las contrataciones no son del territorio o son entidades grandes que hacen perder los valores comunitarios", ha reiterado la representante del movimiento vecinal del Verdum.

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