Pedro Casablanc: "Los niños de ahora no saben ni lo que es 'Blancanieves'"

Pedro Casablanc.
Pedro Casablanc.
FESTIVAL DE CINE DE ALICANTE
Pedro Casablanc.

Pedro Casablanc, uno de los actores más camaleónicos del cine y el teatro español, da el salto a la dirección con un cortometraje anacrónico, de lenguaje culto y materias de reflexión elevadas, en un acto de rebeldía con el que defiende el hecho de "hablar bien" y mantenerse "ajeno a las modas".

Se trata de Sacrilegio, una de las cinco obras que componen el Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte, de Ramón María del Valle-Inclán, donde Casablanc recrea la escena en la que un grupo de bandoleros juzga a uno de ellos, El Sordo de Triana, al que acusan de traidor.

Cuando es condenado a muerte, El Sordo pide confesión, y uno de los maleantes se hace pasar por sacerdote para que muera creyendo haber recibido el sacramento. Pero no da tiempo, porque el reo no para de hablar y el capitán de los bandidos le cierra la boca de un trabucazo. Al Sordo hay que matarlo, "o nos come la entraña", zanja el jefe.

"Los que vean Sacrilegio", explica Casablanc en una entrevista con EFE, "que se dispongan a ver un retazo de la historia de España, porque ahí está el bandolerismo, el miedo a la muerte, la superstición, la fe, la religión, la redención... temas que no se tratan ahora, pero que existían y siguen existiendo".

El protagonista de B, la película de David Ilundain que recrea la declaración ante el juez Rus del extesorero del PP Luis Bárcenas en 2013, confiesa a EFE que está "un poquito harto de tanto cine de denuncia social" como se hace en España, en detrimento de un cine más culto.

"Hay que hacer también cine literario, histórico, más variado", considera, al tiempo que se declara un ser "ajeno a la moda y fuera del tiempo de alguna manera". Hace mucho que la historia le "cautivaba" y "poder hacerla con amigos actores malagueños desconocidos y en la sierra de Ronda, en Casares, de verdad que ha sido una felicidad", asegura el actor, nacido en Marruecos y nieto de una malagueña.

"Estoy y he estado unido a Valle Inclán toda la vida"; este lunes está en Málaga porque es el día de descanso en el Teatro Español de Madrid, donde realiza una semblanza del autor gallego a través de Gómez de la Serna con llenos a diario, un pellizco de esperanza para alguien que lo pasa mal por el deterioro de estas tradiciones.

"Yo tengo un hijo de doce años y hablo con sus tutores y están desesperados, porque los niños de ahora no saben ni lo que es 'Blancanieves', no es que no sepan de literatura, es que no se saben ni los cuentos, están enganchados al móvil desde que son pequeñitos", se lamenta este actor, tantas veces intérprete de los clásicos.

La tradición de los cuentos, denuncia, "se ha ido muriendo de alguna manera, los padres no leen en voz alta a los niños, ni les leen poesía, y yo reivindico eso: un lenguaje culto, elaborado, y si no se entiende, pues que lo busquen un diccionario", reclama.

La proyección tendrá este lunes por la noche en el Festival de Málaga, donde se exhibe fuera de concurso.

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