El precio de la gasolina 95 y el diésel ha vuelto a bajar  pese a que el embargo a las importaciones de gasóleo ruso lleva ya casi un mes en vigor. Según los datos del Boletín Petrolero de la UE publicados este jueves, llenar el tanque la semana pasada fue más barato que la anterior

Entre el 21 y el 27 de febrero, el precio de la gasolina 95 en las estaciones de servicio se situó en 1,63 euros por cada litro repostado, una leve caída de apenas el 0,2%. En las últimas semanas, el precio de este combustible se ha estabilizado tras marcar un mínimo a finales de 2022, todavía con el descuento de los 20 céntimos en vigor. El precio de la súper 95 es ahora apenas un 1,4% más cara que cuando Rusia invadió Ucrania.

En el caso del diésel, la reducción en el precio ha sido más pronunciada y se acumula a las que se han venido produciendo durante todo el mes de febrero. El gasóleo se paga ahora a 1,59 euros por litro repostado (una caída del 1,4% respecto a la semana previa) lo que supone, de nuevo, la cifra más baja en todo 2023 y el mínimo desde el 14 de marzo. El precio del diésel acumula ya cuatro semanas a de descensos y se sitúa de nuevo claramente por debajo de la gasolina, algo que no ocurría desde agosto del año pasado.

Henar de Pedro

Sin repuntes por el embargo a Rusia

Las sucesivas caídas en el precio del gasóleo resultan especialmente llamativas sobre todo si se tiene en cuenta que desde el pasado 5 de febrero la UE tiene decretado un embargo al diésel procedente de Rusia. Un país del que la dependencia europea en este combustible ha sido tradicionalmente más acusada que la de la gasolina.

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Sin embargo, la caída en la demanda global de combustibles por la desaceleración económica mundial parece estar pesando más que el efecto del embargo. Además, el hecho de que el invierno esté siendo especialmente suave en numerosos puntos del globo está permitiendo contener los precios de este combustible, que se usa también a menudo para calefacción. Estos dos fenómenos han facilitado que grandes proveedores mundiales como EE UU sean capaces de reabastecerse frente a la escasez que se produjo en la segunda mitad del año pasado. Además, ante el embargo a Rusia, la UE optó por diversificar sus fuentes de suministro, redoblando las importaciones de proveedores en Oriente Medio y Asia.