Manuel Díaz 'El Cordobés' habla en una rueda de prensa sobre el encuentro con su padre: "Oí la palabra que toda la vida quise escuchar"

Manuel Diaz 'El Cordobes'.
Manuel Díaz 'El Cordobés'.
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Manuel Diaz 'El Cordobes'.

"La foto de mi vida". Así describió Manuel Díaz 'El Cordobés' la imagen que capturó el encuentro con su padre, Manuel Benítez, que tuvieron la pasada semana después de más de 50 años de distanciamiento. Este fue un momento histórico para él y su familia, pero parece que llevaba gestándose meses, tal y como comenta él este martes en una rueda de prensa.

Tras una larga batalla judicial para conseguir que se reconociera la paternidad, fue en 2016 cuando un juez determinó que eran padre e hijo gracias a una prueba de ADN. Sin embargo, no fue hasta el pasado martes 14 de febrero cuando ambos toreros se abrazaron públicamente.

Fue en el Rectorado de la Universidad de Córdoba, donde Benítez, de 86 años, reunió a familia y amigos para celebrar el 20º aniversario de su título honorífico de V Califa del Toreo. La sorpresa llegó cuando, entre las decenas de invitados, también se encontraba su hijo, Manuel Díaz, y se fundieron, muy sonrientes, en un tierno abrazo.

Sin embargo, no fue ese el primer momento en el que se vieron, pues tuvieron un encuentro privado, a raíz de una llamada, en la que estuvieron presentes sus más allegados y, por primera vez, oyó cómo su padre le llamaba "hijo".

"Surge ese contacto primero telefónico hasta que llega el día en que decidimos vernos, y me permitieron que fuera como yo quería: una reunión íntima con las personas que quería. María Ángeles, su pareja, que es un ángel en la tierra y ha hecho posible esto y se lo agradeceré siempre, mi mujer y yo", narra el torero de 54 años.

"Y entonces llega el día y en ese momento es la primera vez en mi vida que yo escucho la palabra que llevaba toda la vida queriendo escuchar", relata en la rueda de prensa. "Él me está esperando en mitad del camino, yo me tiro del coche y me dice: 'Hijo, todo llega, ya estamos aquí'".

"Esas palabras se me clavaron dentro. En ese momento se me nubló el mundo, me vi con él, yo tocándole y él tocándome. Esa sensación no la he sentido en mi vida con nadie", asegura. "No me lo podía creer. Es un ser humano muy especial, es un ser humano que te traspasa. Yo necesitaba decirle lo que le dije: 'Perdona si he hecho algo que no debiera, pero las circunstancias me han obligado'. Y él me dijo: 'Perdóname tú a mí'. Y ya está. Es lo que necesitaba".

"Somos dos piezas que nos han llevado a dos partes del mundo, pero hemos encajado. No había palabras, no había reproches. No había nada porque era nuestro momento... Las palabras pueden mentir, pero la piel no miente. Lo que yo sentí en mi cuerpo y en mi piel no mentía", defiende el diestro frente a la prensa. "Yo buscaba meterme debajo de él, que me acurrucara. Es algo que no puedes parar...".

"Fliparíais con las conversaciones, porque lo conocía tanto sin haber estado con él, que se quedaba sorprendido. Él me dice 'yo también sé muchas cosas de ti' y empieza a contarme cosas mías. Estuvimos hablando de toros, de mil cosas. Parecía que nos habíamos visto anteayer. Se paró el tiempo entre nosotros", añade.

Manuel Díaz 'El Cordobés', sobrenombre con el que también se conocía a su padre en la plaza de toros, también justifica su presencia en aquel acto de su padre: "A ese homenaje yo fui porque me llamaron y me invitaron y fui porque es el espejo en el que quería mirarme, es porque mi padre me dijo que fuera. Él quería deciros que esto era real, que estábamos juntos".

"Cuando me da el abrazo y se forma este revuelo, pasaron dos cosas que no se pueden eclipsar: la felicidad de mi padre y la verdad de mi madre", señala, en referencia a su madre, María Dolores Díaz.

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