Javier Yanes Periodista, escritor, biólogo y doctor en Bioquímica y Biología Molecular
OPINIÓN

La gripe aviar de los visones, el fantasma de las pandemias futuras

Los brotes de covid en granjas gallegas de visones no cesan tras un nuevo foco en Carral (A Coruña)
Las granjas de visones son focos potenciales de transmisión de la gripe aviar
EP/ARCHIVO
Los brotes de covid en granjas gallegas de visones no cesan tras un nuevo foco en Carral (A Coruña)

Es curioso cómo a veces ocurre que ciertas noticias científicas sin el menor impacto en la vida de la gente, pasadas por la trituradora de los medios, se convierten poco menos que en el fin del mundo; y, en cambio, a otras que deberían asustar, y mucho, apenas se les dedica una ceja levantada.

Ejemplo de lo primero: el núcleo terrestre. Espero que haya quedado suficientemente claro que lo dicho ahora sobre el cambio en la rotación del núcleo no solo es algo que ocurrió en 2009, y no la semana pasada, sino que además es parte de procesos naturales que tienen poca o nula relevancia para las criaturas que vivimos en la superficie de la corteza.

Ejemplo de lo segundo: la transmisión del virus de la gripe aviar H5N1 entre visones de una granja de Galicia, descrita ahora pero detectada en octubre de 2022. Se ha contado en los medios, pero se le ha dedicado menos espacio o tiempo que a los nuevos aparcamientos para patinetes o a la mejor croqueta de España. A algo que, en la revista Science, el virólogo del Imperial College London Tom Peacock califica como “increíblemente preocupante” y como “un claro mecanismo para el comienzo de una pandemia”, y que para Isabella Monne, investigadora veterinaria en el laboratorio de referencia de la UE para la gripe aviar en Italia (y responsable de la secuenciación del genoma del virus), es “un timbre de alarma”.

Más letal que la COVID-19

La gripe aviar se cuenta entre lo peor que podría tocarnos de entre todos los virus con potencial pandémico conocidos hoy. Con un historial solo de brotes esporádicos y un número total de infecciones confirmadas que no llega al millar, los datos son escasos, pero la Organización Mundial de la Salud calculó una mortalidad del 60% entre los casos confirmados; más probable morir que vivir. Otra estimación la rebajó al 14-33%, lo que aún, para sus autores, convertía una posible pandemia en “un escenario realmente espantoso”; recordemos que a la COVID-19 se le ha calculado una mortalidad de entre el 0,1% y el 2%, con dos países, Perú y México, llegando casi al 5%.

Hasta ahora la inmensa mayoría de los casos confirmados se han debido a la transmisión de aves a humanos (NUNCA debe manipularse un pájaro muerto o enfermo), y los contagios entre personas han sido extremadamente raros. Pero todos los virus de la gripe tienen una especial facilidad para mutar, sobre todo por dos razones: a diferencia del SARS-CoV-2 de la COVID-19, no tienen un mecanismo de corrección de errores de copia, por lo que las mutaciones son más frecuentes; y también a diferencia de los coronavirus, tienen su genoma roto en trozos, lo que da la oportunidad de que dos gripes distintas que infecten al mismo individuo intercambien alguno de esos fragmentos. De hecho, podría decirse que las gripes han evolucionado como especialistas en evasión, y que este es el secreto de su éxito.

El caso de los visones de la granja de Galicia demuestra que el virus ya ha aprendido a transmitirse entre mamíferos. Y esto es algo bastante escalofriante. La variante responsable no se había encontrado antes en España, sí en otros países europeos, pero en este caso ha aparecido con una nueva mutación puntual rara cuyo origen se desconoce y que puede aumentar su contagio entre mamíferos. Los autores del informe escriben que los visones “podrían servir como un posible recipiente de mezcla para la transmisión entre especies, aves, mamíferos y humanos”.

La variante hallada en Galicia tiene una mutación que facilita su transmisión entre mamíferos

Por suerte, en este caso se actuó rápido y bien. En cuanto se observó la inusual mortalidad entre los visones a comienzos de octubre, se tomaron muestras para enviar al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, que confirmó la presencia del virus. Este se envió a Italia para su secuenciación. Los más de 50.000 visones de la granja tuvieron que ser sacrificados, y se hicieron pruebas a todos los trabajadores, con resultado negativo. Pero la gripe aviar está extendida por todo el mundo, y de ningún modo está garantizado que en otros casos la respuesta vaya a ser tan pronta y eficaz, sobre todo en países con menos controles.

Por supuesto, contra la gripe tenemos armas. Disponemos de algún antiviral, y podría crearse una vacuna contra una nueva variante en un periodo relativamente corto, siempre que se inyectara suficiente dinero en su desarrollo. Pero a estas alturas y después de una pandemia como la que acabamos de sufrir, deberíamos haber aprendido algo más en prevención.

Una sola salud

A comienzos de este siglo varias organizaciones médicas, veterinarias y ambientales se reunieron para dar forma a una nueva visión: One Health, o “una sola salud”; la idea de que la salud humana, la salud animal y la salud del entorno natural están íntimamente interconectadas, y que las enfermedades en uno de estos terrenos se transmiten al resto con efectos imprevisibles. La pandemia de COVID-19 ha confirmado que esto no es solo una teoría: el SARS-CoV-2 nació en los murciélagos en la naturaleza, se transmitió a algún animal en granjas con deficientes controles y condiciones sanitarias, y acabó provocando millones de muertes de personas en todo el mundo.

A la visión One Health se sumaron después organismos como Naciones Unidas, autoridades sanitarias e instituciones científicas. One Health hoy motiva infinidad de estudios científicos, proyectos, debates, reuniones, congresos… Multitud de investigadores trabajan en ello.

Pero es evidente que en la calle nadie ha oído jamás hablar de esto. Es más, y mirando alrededor, se diría que gran parte de la opinión pública ha pasado en estos tres últimos años de no querer creer que aquello pudiese ocurrir, al terror absoluto, y a querer ahora olvidar confiando en que nunca volverá a suceder. Como dijo, parafraseando a Santayana, la exdirectora de la Organización Mundial de la Salud Margaret Chan —muy criticada precisamente por sus decisiones en ciertos brotes epidémicos—, “quienes no aprenden de pasadas pandemias están condenados a repetirlas”. Y según Science, "en las granjas de visones, a miles de carnívoros solitarios se les fuerza a vivir juntos, creando las condiciones ideales para que el virus aviar se adapte a los mamíferos".

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