¿Fregar los platos a mano o con lavavajillas? La diferencia supone un ahorro de hasta 30 litros de agua al día

De 11 a 15 años es el tiempo de vida útil del lavavajillas, similar al de la secadora.
Imagen de archivo de vasos en un lavavajillas
PIXABAY / PhotoMIX-Company
De 11 a 15 años es el tiempo de vida útil del lavavajillas, similar al de la secadora.

El lavavajillas se ha convertido en un electrodoméstico imprescindible para una gran parte de los hogares españoles, pero también es uno de los que más dudas genera respecto a su uso. ¿Es rentable? ¿Gasta más agua que fregar a mano? ¿Consume mucha energía? Todas estas son preguntas que las familias se cuestionan al plantearse adquirir uno de estos aparatos.

Muchas personas piensan que lavar la vajilla a máquina supone un mayor gasto en general respecto al fregado manual, tanto en el consumo de agua como energético. No obstante, se trata de una concepción errónea, puesto que el lavavajillas permite una mejor eficiencia en el uso del agua, según un estudio sobre este aspecto del Canal de Isabel II recogido por la OCU.

En términos relativos, un lavavajillas consume unos 12 litros de agua por cada lavado y alrededor de 1 kWh, cuyos precios dependerán de las tarifas contratadas. En este sentido, la Asociación Española de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos señala que el lavaplatos llega a consumir hasta diez veces menos que el lavado manual.

Y es que, con un uso eficiente del lavavajillas, el ahorro puede llegar a ser cerca de 30 litros de agua diarios, lo que supone una reducción del 9% del total utilizado en la vivienda, acorde con la investigación del Canal de Isabel II. Ahora bien, la eficiencia está relacionada con los hábitos en el lavado, ya sea a mano o a máquina.

Consumo de agua

El estudio de la empresa pública madrileña indica un ahorro medio de 30,6 litros diarios de agua al emplear el lavavajillas. Conforme a su análisis, el lavado en el fregadero consume de media 88,8 litros diarios (de los cuales 52 son de agua caliente), lo que supone el 26% del gasto total de la vivienda.

Frente a ello, el consumo de agua registrado con el electrodoméstico disminuye hasta los 54,2 litros diarios de media (de los cuales 24,6 litros serían de agua caliente), lo que se traduce en el 15,9% del consumo total. Esto se debe a que la reutilización del agua dentro del mismo posibilita que el recurso se desperdicie en menor medida.

En otro estudio realizado por la Universidad de Bonn, Alemania, se observa que los participantes que fregaron platos a mano derrocharon mucha más agua que el lavavajillas: la media fue de 103 litros a mano, mientras que la máquina usó entre 15 y 22 litros en función de si el programa era normal o intensivo.

Los datos reflejan una mayor eficiencia del uso de agua mediante la utilización del lavavajillas, ya que al lavar a mano los usuarios tienden a gastar más agua. En todo caso, la eficiencia del lavavajillas dependerá del buen uso que se le dé, ya que, de lo contrario, podría suponer un gasto mayor.  

Consumo energético

En cuanto al consumo energético, la OCU estima que el ahorro está supeditado al número de veces que se ponga a funcionar el lavavajillas, pero asegura que la disminución del gasto anual en la factura puede ser significativo

La energía que se utiliza para calentar el agua en el lavado a mano es de unos 2,5 kWh, frente al 1 y 2 kWh de la máquina. De este modo, la organización de consumidores detalla que empleando el lavaplatos cinco días a la semana se pueden ahorrar 42,6 euros al año.

El consumo de electricidad, no obstante, también dependerá de la etiqueta de eficiencia energética que tenga cada lavavajillas. No todos consumen lo mismo, por lo que el ahorro energético y económico también irá en función de la clasificación que tenga cada electrodoméstico.

A pesar de que el desembolso inicial pueda ser mayor, adquirir un aparato que consuma menos energía y que disponga de programas cortos o ECO permitirá ahorrar a la larga.

Recomendaciones para el uso del lavavajillas

Para llevar a cabo un uso adecuado del lavavajillas y aprovecharlo al máximo, hay una serie de consejos que dan los diferentes organismos:

  • Poner a funcionar el lavavajillas cuando la carga esté completamente llena. No es necesario ponerlo a funcionar después de cada comida, sino cuando su capacidad esté al completo, pero sin amontonar las piezas. De esta forma se ahorra agua, energía y detergente.
  • Atender las recomendaciones de los fabricantes. Se debe seguir el manual de instrucciones y las indicaciones mostradas en el panel de control, así como las sugerencias sobre una utilización eficiente de la compañía.
  • No enjuagar la vajilla antes de colocarla en la máquina. Enjuagar los envases sucios a mano previamente provoca que se gaste más agua y energía de la necesaria. En su lugar, es preferible retirar los restos de comida tirándolos al cubo de basura antes de poner los platos y cubiertos en el lavavajillas.
  • Revisar qué se puede meter y qué no. Hay algunos tipos de vajilla que no son aptos para lavar a máquina porque se dañarían por las altas temperaturas. En estos casos hay que lavar a mano que lavar a mano, como las vajillas con decoraciones de metal o recipientes de plástico que no estén adaptados, entre otros. 
  • Cuidar el estado del lavavajillas. Para que dure en buen estado, es importante no utilizar de forma inapropiada la máquina y llevar a cabo un buen mantenimiento. Por ejemplo, limpiar el filtro con la frecuencia indicada en el manual de instrucciones.
  • Encender el lavaplatos en horas valle. Si se tiene una tarifa eléctrica de discriminación horaria, la mejor opción es programar el lavavajillas para que se ponga en marcha durante las horas donde el kWh es más barato.
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