No dejan de conocerse detalles de la vida privada del príncipe Harry y Meghan Markle después de que el primero haya publicado sus memorias, tituladas Spare (En la sombra en su edición en español).

Por ejemplo, se ha sabido cómo fue el primer encuentro entre la exactriz estadounidense y la todopoderosa Isabel II. Por ejemplo, que la tía de su novio, Sarah Ferguson, le dio un curso acelerado de cómo hacer la reverencia a la abuela más poderosa del mundo.

Mientras cruzaba la puerta de la sala de estar, Meghan Markle se dirigió directamente a la Reina y realizó una reverencia "profunda e impecable".

Una de las normas no escritas de los encuentros con la reina Isabel II es que no se hablaba nunca de política, pero fue la propia monarca la que rompió el protocolo.

"La abuela le preguntó a Meg qué pensaba de Donald Trump. Esto fue justo antes de las elecciones de noviembre de 2016, por lo que todo el mundo parecía estar pensando y hablando sobre el candidato republicano", confiesa el príncipe Harry en su libro.

Sin embargo, Harry afirma que Meghan, quien siempre habló apasionadamente sobre política antes de unirse a la familia real, decidió que era un tema arriesgado para una reunión tan importante.

El libro afirma que Meghan cambió rápidamente de tema y habló de Canadá, explicando cómo había vivido en este país de la Commonwealth durante siete años, ante lo que la reina "parecía complacida".