Miguel Ángel Tobías Director y Productor de Cine
OPINIÓN

Cuando el jefe eres tú

Trabajadores de una empresa tecnológica.
Trabajadores de una empresa tecnológica.
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Trabajadores de una empresa tecnológica.

Dice mi amigo Jordi Alemany, experto, entre otras cosas, en la humanización de las empresas y de las relaciones laborales, que cuando tienes un jefe al que no soportas sólo puedes hacer tres cosas, y es verdad. A saber: intentar cambiar a tu jefe, cambiar tú o cambiar de trabajo

Pero qué pasa cuando el jefe eres tú y no te aguantas a ti mismo. En todas las conferencias de motivación y liderazgo que imparto en empresas, empiezo diciendo que, si al acabar mi charla nadie de los presentes decide dejar de trabajar en ellas, es que yo no lo habré hecho muy bien. Las risas suelen ser generalizadas porque, evidentemente, los que me han contratado, los jefes, también están ahí escuchándome animar a sus empleados a que se larguen, cuando se suponía que me habían fichado para motivarles.

Al final siempre viene alguien y me dice que, tras oírme, va a dejar la empresa; yo me alegro profundamente porque sé que será bueno para sus vidas. Pero lo más maravilloso es que, según mi particular estadística, una de cada seis veces quién viene a confesarme que se va es el mismo que me ha contratado, el jefe. Entonces quedo triplemente feliz al ser consciente de que esa decisión será buena para él, que por fin encaminará su vida hacia algo que le llene de verdad y le haga feliz; para su empresa, que tendrá hueco para un nuevo gestor más motivado e ilusionado; y para los empleados, que al cambiar de jefe podrán a su vez volver a ilusionarse y motivarse. 

Ser jefe, y yo lo sé bien porque nunca he trabajado para nadie, ya que creé mi primera empresa con veinte años y desde entonces he sido propietario, en solitario o en sociedad, de dos gimnasios, tres clínicas, y, ya desde hace dieciséis años, de la productora audiovisual, es un esfuerzo intelectual, psicológico y emocional enorme. 

La personas, en general, solo ven la parte bonita de lo que es ser jefe, que la tiene puntualmente, pero nadie más que quién lo es conoce la pelea que supone levantarte y acostarte 365 días al año pensando en tu empresa y siendo responsable legal y económicamente de todo y de todos. Yo dejé los gimnasios, luego las clínicas, y dejaré la productora el día que me percate de que estoy dejando de ser yo, de que ya el esfuerzo no me merece la pena porque no soy feliz. Cuando me de cuenta de que ya no sonrío, y menos aún a las personas que trabajan conmigo, ese será el momento de irse.

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