Putin se carga al "carnicero de Siria" como jefe de sus tropas en Ucrania tras la masacre en Donetsk y pese al avance en Soledar

Un soldado ucraniano entrega ayuda a los habitantes de Bajmut.
Un soldado ucraniano entrega ayuda a los habitantes de Bajmut.
EFE
Un soldado ucraniano entrega ayuda a los habitantes de Bajmut.

La estrategia de Putin no está saliendo como él esperaba y las decisiones que toma son por lo tanto drásticas. Así, este miércoles el Kremlin ha cesado al comandante de las tropas en Ucrania, cargo que asumirá Valeri Guerásimov, actual jefe del Estado Mayor del Ejército ruso. Guerásimov, de 67 años, releva al general Serguéi Surovikin, conocido como "el carnicero de Siria", quien fue el que recomendó en noviembre la retirada rusa del norte de la región ucraniana de Jersón, considerado el peor revés sufrido por las tropas rusas en el conflicto. La decisión, además, se da tras las masacre en Donetsk, con cientos de bajas rusas, y pese a los avances de Moscú en la localidad de Soledar, que Rusia ya da por ganada aunque Ucrania lo niega.

Por orden del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, Surovikin ejercerá a partir de ahora el cargo de subjefe de la agrupación conjunta de tropas en la zona de la "operación militar especial". El motivo del nombramiento de Guerásimov es "la ampliación de la magnitud de los objetivos a cumplir y la necesidad de la organización de una cooperación más estrecha entre las diferentes tropas del Ejército ruso". Además, la llegada de Guerásimov al cargo busca mejorar la calidad de los suministros y la efectividad del mando de la agrupación de fuerzas.

Surovikin, que tiene experiencia de combate en Siria, ya es jefe de la Fuerza Aérea. El otro subjefe de las fuerzas rusas en Ucrania será Oleg Saliukov, comandante del Ejército de Tierra, y Alexéi Kim, subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

Desde la toma de la localidad de Lisichansk a principios de julio del pasado año, el Ejército ruso sufrió varios reveses, como la retirada de Jersón, incluso la capital regional, y de parte de la región de Járkov. Seguidamente, Shoigú anunció una urgente reforma del Ejército que incluía el aumento del número de hombres hasta el millón y medio, casi la mitad de ellos militares profesionales.

En estos momentos, las tropas rusas y las unidades de la compañía militar privada Wagner combaten en las calles de la localidad de Soledar, en la región de Donetsk. La conquista de ese baluarte no solamente sería la primera gran victoria rusa en más de medio año sino que allanaría el camino para atacar Bajmut, un importante cruce de caminos que conduce a los principales bastiones ucranianos del Donbás.

Rusia asegura que el asedio sobre la ciudad, de unos 10.000 habitantes, ya es total, y podría caer en cuestión de horas, pero la versión de Kiev es totalmente diferente. "Esperad a los detalles incluidos en el informe del Ejército ucraniano", aseguraron las fuerzas de Volodimir Zelenski. Soledar es un enclave más importante para el relato que para el devenir de la guerra, aunque cuenta con varias minas de sal en desuso que pueden ser utilizadas para el avance de las tropas de uno u otro lado.

"Parece que la localización que muestran no se corresponde con la realidad y que no son realmente las minas de sal de Soledar lo que aparece en las imágenes", puntualizó el Ejército ucraniano antes de destacar que, con estas informaciones, Moscú podría estar tratando de justificar "las altas pérdidas entre prisioneros". El mensaje de Kiev en este sentido resulta rotundo: "Soledar ha sido y será siempre ucraniana".

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