Este año se cumplen dos décadas desde que arrancase una de las mejores series que ha dado la televisión española. El 22 de abril de 2003 una casa donde habitaban un padre viudo con tres hijos se convertía en un nido de problemas cotidianos con la llegada de una nueva mujer junto a sus dos hijas.

Uno más uno, el reciente matrimonio hacía que pasasen a ser siete los habitantes del hogar del barrio de Santa Justa. La historia prácticamente todo el mundo se la sabe. Los líos amorosos de Marcos y Eva, los de Guille y Teté, las tertulias en la taberna, los entuertos en el colegio… y un trío de charlatanes que ha pasado a la memoria colectiva gracias a los desacertados consejos que se daban entre Diego, Santi y Fiti. 

La gente aún recuerda algunos a carcajada limpia. Hoy en día, por cierto, están más de actualidad que nunca porque las redes sociales, en especial TikTok, ha hecho que generaciones de adolescentes estén volviendo a consumir esta serie gracias a que está disponible en una plataforma. Las ficciones buenas, aunque pase el tiempo, se siguen mantenido frescas. Eso sí, dudo que la creación de Daniel Écija y Álex Pina pasase actualmente ciertos cánones sociales por determinadas secuencias y comentarios que la audiencia censuraría.

Fueron ocho temporadas con 147 episodios donde esa familia consiguió entrar en prácticamente la totalidad de los hogares. Eran tiempos donde no existían los recursos que hay hoy en día para ver capítulos y había que seguir las tramas semana a semana. Tocaba esperar hasta las diez de la noche y tragarse la cantinela de anuncios que se ponían aprovechando esos productos tan jugosos. 

Las series españolas vivían una edad dorada con una feroz competencia entre cadenas. De hecho, Los Serrano llegó a ser emitida el mismo día que en otro canal ponían Aquí no hay quien viva, otro producto estrella de la televisión nacional coetáneo. Muchos tenían que elegir, algunos directamente ponían el VHS a grabar y lo disfrutaban en otro momento. Un Netflix a la antigua usanza. Sostener una ficción tanto tiempo solamente se puede hacer si tiene buena acogida, por muchos detractores que salgan a posteriori. En España nadie veía Los Serrano, como nadie ve, por ejemplo, El Hormiguero. Ya, claro.

Quién no se sabía las canciones que Fran Perea cantaba en la serie, con las cuales después publicó el disco La chica de la habitación de al lado, que tuvo una gran acogida por los seguidores. Por cierto, un dato: la de la cabecera, Uno más uno son siete, fue compuesta por Mikel Erentxun. Pero hay una tarea, que quiero destacar, que el propio Fran Perea está haciendo de maravilla para celebrar estos 20 años: juntar algunas voces españolas para hacer duetos con los temas más conocidos de la serie. Los están soltando poco a poco en lo que se presupone será un álbum completo. Un tributo a la memoria colectiva de los que marcan una época, porque, pese a quien le pese, esta narración es parte fundamental de la historia televisiva y sociológica del país.