Este sábado, el presidente ruso, Vladimir Putin, asistió a la misa del gallo en la Catedral de la Anunciación de Moscú, algo que hacía más de 20 años que no hacía, y lo hizo en solitario.

Pero pese a ello, Putin, del que se sabe que es muy celoso de su seguridad, estuvo vigilado en todo momento. Tal y como recoge The Sun, las cámaras de televisión captaron la presencia de un guardaespaldas observando la ceremonia y velando por la seguridad del presidente.

La soledad de Putin en la ceremonia puede responder, según algunos analistas, bien a su temor a una conspiración en su contra o a su delicado estado de salud, que le llevaría a evitar el contacto con otras personas.

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La Catedral de la Anunciación se encuentra dentro de los muros del complejo del Kremlin y se considera totalmente segura. Además, la Iglesia Ortodoxa Rusa respalda la guerra en Ucrania.

Creyente confeso, en Putin 2019 y 2020 asistió a misa en la Catedral de la Santa Transfiguración de San Petersburgo, donde fue bautizado. Putin confesó hace unos años que fue bautizado a escondidas de su padre, un miembro del Partido Comunista de la antigua Unión Soviética, en San Petersburgo, ciudad en la que nació en 1952, un año antes de la muerte del dirigente soviético, Iosif Stalin.

A petición del patriarca ortodoxo ruso, Kiril, el jefe del Kremlin ordenó un alto el fuego, que supuestamente entró en vigor al mediodía del 6 de enero y tenía previsto concluir en el arranque de este domingo. Tanto las autoridades ucranianas como el Pentágono han acusado a las tropas rusas de no respetar su alto el fuego unilateral, aunque Moscú asegura que solo ha respondido a ataques enemigos.