Víctor de la Cruz reconoce en 'El chófer' que hubo sobornos a árbitros cuando Ruiz Mateos era presidente del Rayo

Víctor de la Cruz, chófer de José María Ruiz-Mateos.
Víctor de la Cruz, chófer de José María Ruiz-Mateos.
Mediaset
Víctor de la Cruz, chófer de José María Ruiz-Mateos.

Cuatro emitió este lunes 26 de diciembre la tercera entrega de El chófer. El capítulo de la docuserie versó en esta ocasión sobre cómo, además de crear un lucrativo entramado para espiar al gobierno socialista, José María Ruiz Mateos buscó ganarse a las masas con la compra del Rayo Vallecano, un club al que inculcó sus particulares formas para alcanzar el éxito.

Fue el 27 de marzo de 1991 cuando José María Ruiz Mateos adquirió el equipo bajo la premisa de convertirlo en una sociedad anónima para salvarlo de la desaparición. 

"En una comida con Jesús Gil, este le recomienda ya que, si busca el interés mediático, la mejor forma era hacerse con un club de fútbol", narró Víctor de la Cruz, chófer y persona de confianza de Ruiz-Mateos.

Eso sí, apuntó también que el político no tenía ni idea de fútbol, no había visitado un estadio en su vida ni muchísimo menos había visitado Vallecas. 

"Iniciamos una gestión que hizo que el club no solo subiese a primera, sino que se mantuviera en la categoría varios años", presumió Víctor de la Cruz. Sin embargo, el Rayo Vallecano fue un arma más de Ruiz Mateos para luchar contra sus enemigos. 

Así, el también empresario comprendió rápidamente que el fútbol no quedaba fuera de la corrupción y que, si había sobrevivido en los negocios, era porque se había adaptado; y ahora haría lo propio en el terreno de juego

"En aquella época, un árbitro no ganaba mucho dinero, era muy fácil comprar la voluntad de los árbitros. Fueron los propios jugadores, los veteranos y la gente entendida quienes para entendieron que para distintos partidos hay que comprar ciertas voluntades para poder conseguir los tres puntos", confesó la mano derecha de Ruiz Mateos. 

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