Gran ovación en la despedida de Serrat de los escenarios: arropado por 15.000 seguidores, entre ellos Pedro Sánchez

El cantautor Joan Manuel Serrat, durante el concierto que ha supuesto el adiós definitivo a los escenarios.
El cantautor Joan Manuel Serrat, durante el concierto que ha supuesto el adiós definitivo a los escenarios.
Alejandro García / EFE
El cantautor Joan Manuel Serrat, durante el concierto que ha supuesto el adiós definitivo a los escenarios.

El cantautor Joan Manuel Serrat ha dicho definitivamente adiós a los escenarios este viernes, en el último concierto de su gira de despedida 'El vicio de cantar 1965-2022', que ha reunido en Barcelona a más de 15.000 seguidores, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Recordando las palabras que dijo el presidente de la Generalitat Josep Tarradellas cuando volvió del exilio, Serrat ha saludado al público de su ciudad natal con un "ja sóc aquí!".

"Gracias por venir hoy, el día que solemnemente proclamo mi despedida por voluntad propia", ha añadido ante un Palau Sant Jordi lleno de amigos, conocidos, admiradores y personalidades, que le han recibido con una gran ovación.

El mundo de la cultura se ha volcado con Serrat, que ha invitado personalmente a Raimon, Maria del Mar Bonet, Jordi Évole, Javier Cercas, Marina Rosell, los hermanos Muñoz de Estopa, Isabel Coixet, Mario Gas, Gemma Nierga y Sílvia Pérez Cruz, entre muchos otros.

El presidente Pedro Sánchez ha acudido acompañado, entre otros, por el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, y el teniente de alcalde y alcaldable de este partido en Barcelona, Jaume Collboni.

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta (i), el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2i), acompañado de su esposa Begoña Gómez (2d) y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, durante el concierto de despedida de Joan Manuel Serrat.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta (i), el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2i), acompañado de su esposa Begoña Gómez (2d) y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, durante el concierto de despedida de Joan Manuel Serrat.
Alejandro García / EFE

También han querido estar junto a Serrat en su despedida la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán.

La consellera de Cultura de la Generalitat catalana, Natàlia Garriga, también ha estado presente este viernes, mientras que el presidente Pere Aragonès estuvo en el concierto del jueves, el segundo de los tres que ha ofrecido Serrat esta semana en el mismo recinto.

"Temps era temps" es la canción que ha abierto un concierto con un repertorio especialmente diseñado para Barcelona y repleto de canciones con alta carga emocional.

"No os dejéis llevar por tentaciones de melancolía y nostalgia. Esto es una fiesta. Será el último concierto, ¡pero quiero pasármelo muy bien!", ha pedido el cantautor.

Un adiós inolvidable

Anónimos y famosos, todos han disfrutado en el Palau Sant Jordi de una fiesta inolvidable, en la que tanto sobre el escenario como en las gradas y la platea han mandado las emociones, y unos y otros han pasado de la alegría a nostalgia y de melancolía a la euforia en cuestión de minutos.

Para sus paisanos, los que nacieron como él a orillas del Mediterráneo, y para los que han venido de lejos para decirle adiós, Joan Manuel Serrat ha preparado un repertorio especial, con más canciones en catalán de lo que ha sido habitual en la gira de despedida 'El vicio de cantar 1965-2022', que empezó en Nueva York hace ocho meses y que este viernes ha llegado a su fin, después de recorrer toda España y América.

Temps era temps es la canción que ha abierto un viaje sentimental que ha empezado con imágenes de la posguerra española en la gran pantalla del escenario y un recuerdo para aquellos niños que, como él, nacieron en "una grande y libre" y se entretenía con "Metro Goldwyn Mayer" y "lo toma o lo deja".

Luego ha recordado a su madre con Cançó de bressol, a su padre con El carrusel del Furo, a la calle del Poble Sec que le vio crecer en El meu carrer, a su ciudad natal con Barcelona i jo y a su querido Miguel Hernández con Nanas de la cebolla.

El público, que no ha tenido que dejarse convencer porque ha llegado ya convencido y entregado, ha aplaudido antes y después de cada canción, y en algunas también en medio.

Pero todavía faltaba mucho material sensible: Para la libertad ha levantado al público de sus asientos, La tieta ha hecho llorar a más de uno y Mediterráneo podría haber sido la apoteosis, pero ha tenido que disputarla con Pare, Plany al mar, Cantares, Paraules d'amor y Una guitarra, esta última él solo en el escenario.

Serrat, que en todos estos años ha aprendido a estar en todas partes como en casa, ha podido disfrutar este viernes del placer de ser profeta en su tierra.

Porque quizás, como dice Antonio Machado y él canta, nunca persiguió la gloria ni dejar en la memoria de los hombres su canción, pero ha conseguido las dos cosas.

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