Luis López tuvo la fortuna de nacer el día 5 de abril de 1990. Su madre, Soledad Muñoz, la propietaria de la administración de Loterías 522 de Madrid, ha tenido la fortuna este jueves de repartir con el número del cumpleaños de su único hijo --05490-- cuarenta millones de 'El Gordo' de la Lotería de Navidad "entre familiares, clientes habituales y algo de ventanilla", explica ella misma, entre abrazos y brindis.

El pellizco de 'El Gordo' le ha pillado a López precisamente atendiendo la pequeña administración familiar de loterías y apuestas, localizada en el centro comercial del Palacio de Hielo en Hortaleza, Madrid, donde este jueves, 22 de diciembre, es un día de absoluta fiesta. "¡Es mi cumpleaños! El número de 'El Gordo' es mi cumpleaños y lo llevamos toda la familia y los clientes habituales", acierta a decir muy emocionado desde el otro lado del cristal López, al tiempo que pide a la prensa que va llegando que espere a su madre, Soledad Muñoz, la lotera artífice "con su ilusión y esfuerzo" de este gran premio.

En lo primero que ha pensado López al descubrirse el número más esperado de la mañana es en su abuela Soledad, la madre de su madre. Fue taquillera de Metro de Madrid, pero siempre quiso ser lotera. "Tenemos esta administración porque mi madre quiso cumplir el sueño de la suya. Cuando falleció, y con la venta del piso de mis abuelos, la pudimos comprar. ¿Que si creo que mi abuela nos ha mandado 'El Gordo'? Ojalá. Ella siempre está en nuestros pensamientos", explica feliz.

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Soledad Muñoz, la lotera, llega en ese momento a la carrera para fundirse en un abrazo inmenso con su hijo. Ya lo ha llorado todo antes de llegar, explica, ahora solo quiere sacar cava y celebrar "el premio estrella del sorteo estrella, con un número tan especial como el cumpleaños de mi hijo", dice ante un enjambre de cámaras de televisión que se amontona sobre ellos.

Entre los que se acercan también a celebrar el premio gordo con madre e hijo está Salvador, amigo de la familia. Reconoce que "no aquí encima", pero que sí lleva un pellizco de 'El Gordo'. "Ayer se lo cambié a Soledad por uno de mi trabajo. Y tuve dos décimos en la mano, pero al final solo me quedé uno", cuenta hablando bajito. Más que contento por lo que le ha tocado, "que tampoco es mucho", dice, está feliz por Soledad Muñoz: "Por el esfuerzo tan grande que le supuso abrir la administración". 

Luis López, el lotero del cumpleaños-premio, sigue abrumado por las felicitaciones de trabajadoras del centro comercial, las que le abrazan y se alegran aunque no sido agraciado el número que compartían los comerciantes, que acababa en 7. Dice López que ahora tiene "mucho que pensar" sobre qué hacer con el dinero que le ha tocado de 'El Gordo'. Licenciado en publicidad, lleva dos años ayudando a su madre en la administración de Lotería al tiempo que hace diseño de páginas web. Solo acierta a decir que "algún viaje caerá", que seguirá "repartiendo" dinero con "seres queridos" y que tal vez pueda cumplir el sueño de dejar de vivir en casa de sus padres para mudarse con su novia a Tenerife.

La suerte ha querido, además, que el premio que más alegría da en Navidad haya recalado al menos parcialmente este año en el centro comercial que albergó la morgue madrileña de la COVID en lo peor de la pandemia. "Fueron unos meses muy duros", reconoce López. Todavía sufren el estigma: "Es cierto que hay clientes muy supersticiosos que vienen aquí porque ha estado la morgue, pero otros no vienen precisamente por lo mismo", explica el ufano ganador y repartidor de millones gracias al día en que vino al mundo.