“Esto es algo entre un país que es democrático, Armenia, y otro que no lo es, Azerbaiyán”. Esa frase, pronunciada por el embajador de Armenia en España, Sos Avetisyan, a 20minutos da contexto de lo que lleva décadas sucediendo en Nagorno-Karabaj. Es un conflicto enquistado, en una región como la del Cáucaso en la que Rusia quiere jugar su influencia pero no puede hacerlo todo lo bien que le gustaría porque tiene en Ucrania una prioridad mayor. Y mientras, el conflicto en la región se recrudece con el paso de los meses. “Nosotros queremos que la solución sea pacífica”, repite Avetisyan para dejar clara la posición armenia.

Hay que recordar, con todo, que Nagorno-Karabaj fue parte del Azerbaiyán soviético, pero no del Azerbaiyán independiente y los acontecimientos recientes apuntan a que los azeríes “no quieren el diálogo”, como señalan fuentes de la embajada de Armenia. En 2020 Turquía apoyó precisamente un ataque de Azebaiyán sobre la zona y aquello se resolvió con una declaración para el cese de las hostilidades y el establecimiento de un corredor controlado por “fuerzas pacificadoras rusas”. Pero ahora el Gobierno azerí ha decidido bloquear ese corredor. Y añadió, asimismo, otro factor: dejaron Nagorno-Karabaj sin luz ni gas durante tres días. “Ese acuerdo que ahora se incumple tiene tres firmas, la de Armenia, la de Azerbaiyán y la de Rusia”, recuerdan las fuentes.

El primer relato es que fue un grupo de activistas climáticos quienes bloquearon el corredor, y desde la embajada armenia lo comparan en realidad “con el muro de Berlín”. En total, en Nagorno-Karabaj, añaden, “hay unas 120.000 personas bloqueadas” que tienen que soportar cortes de gas con temperaturas que pueden alcanzar los veinte grados bajo cero. “No solo es el tema energético, tampoco llegan medicamentos”, lamentan las fuentes, que recalcan que “todas las organizaciones le han dicho a Azerbaiyán que tiene que abrir el corredor”.

En ese contexto, Armenia se siente desprotegida y ya ha amenazado en numerosas ocasiones con abandonar la OTSC, conocida como la OTAN rusa. “Se trata de una organización de seguridad colectiva y por eso tiene que haber una condena de los ataques de Azerbaiyán”, recuerdan desde la Embajada.

El único que no quiere paz es Azerbaiyán, siempre buscan una excusa

Desde círculos diplomáticos recuerdan que el papel de Rusia es muy relevante, y que tan sólo dos días antes de la guerra contra Ucrania, Moscú y Bakú habían firmado un acuerdo de amistad․ Asimismo, desde Ereván se abren a cualquier formato de negociación, no solo con la mediación rusa sino también de otros actores como Estados Unidos, Francia o la UE en su conjunto (algo que ya se trató de hacer en la cumbre de la Comunidad Política Europea de hace unos meses en Praga).

“El único que no quiere paz es Azerbaiyán, siempre buscan una excusa”, comentan las fuentes armenias, que recalcan que el país “tiene que proteger su soberanía. ¿Y hay optimismo? No demasiado, al menos desde el lado de Armenia. “Es complicado hablar de tiempos porque se trata de un camino más táctico que de otro tipo. Nosotros lo que queremos es un acuerdo de paz”, sentencian las fuentes.