Sarah Morris Corresponsal británica en España
OPINIÓN

El desayuno británico en peligro, llega el racionamiento de los huevos

Huevos escalfados.
Huevos escalfados.
Sarah Morris
Huevos escalfados.

Este fin de semana, en Londres, mi cuñado me hizo dos huevos escalfados, admirablemente redondos, encima de unas tostadas untadas de aguacate. Los comimos sentados en taburetes en la cocina mientras mi sobrina de cuatro años devoraba lámina tras lámina del jamón ibérico que yo había traído de Madrid. Un intercambio perfecto.

Los huevos me saben a hogar. Cuando era una niña, mi padre me cocinaba la yema bien hecha porque líquida no me gustaba. También los tomábamos, y seguimos tomándolos, revueltos, con un poco de salmón ahumado y una pizca de nata, para el día de Navidad.

Los huevos y las múltiples formas de tomarlos son el eje del desayuno británico, que disfrutamos muchos fines de semana, festivos y en reuniones familiares; ahora que el Reino Unido está en recesión, muchas familias ven el huevo como una proteína más barata que la carne. Consumimos 37 millones de huevos al día y hay capacidad para producir 42 millones en la isla, según The Times.

Imagínense, entonces, lo mal que ha sentado la noticia de que escasea este básico británico. "Es una *** vergüenza", fue el titular de una portada reciente del tabloide Daily Star, empleando un juego de palabras entre una palabrota famosa y la palabra "cloqueo". "Estamos hartos", añadían. La escasez coincide con un periodo de caos político. El jueves el gobierno de Rishi Sunak subió los impuestos y se esperan recortes al gasto público. "Ahora ni siquiera podremos disfrutar de unos huevos en nuestros desayunos", apuntaba The Star.

Algunos supermercados, como la marca británica Asda o la alemana Lidl, están limitando el número de cajas de huevos por cliente. "Pedimos a todos nuestros clientes que compren de forma responsable para que ayudemos a que haya suficientes para todo el mundo", cuenta un cartel colocado en Asda, limitando la compra a dos cajas. La cadena de pubs Wetherspoon ha ofertado una salchicha extra en lugar de un huevo en algunos de sus desayunos.

El problema de provisión es debido a un aumento de costes para las granjas avícolas y una gripe aviar que ha causado la muerte de 750.000 gallinas ponedoras desde el mes de octubre. La Asociación Británica de Huevos Camperos (BFREPA, The British Free Range Egg Producers Association) dice que un tercio de sus socios producen menos huevos o han abandonado el sector porque pierden dinero: 33 céntimos por caja.

El precio de los cereales para alimentar a las gallinas se ha disparado un 50% desde la invasión de Ucrania y el de la gasolina ha subido 40%. La falta de trabajadores en el Reino Unido, exacerbado por el Brexit, también es un factor a tener en cuenta.

Los granjeros insisten en que los supermercados han aumentado los precios a sus clientes, pero no quieren compartirlo con las granjas. Desde marzo, han incrementado el precio final 52 céntimos por docena, pero los productores solamente reciben 6 céntimos, dice BFREPA. "Hace meses que avisamos que si no se paga a los granjeros un precio adecuado habrá una reducción drástica de producción o, peor aún, un éxodo del sector", dijo el consejero delegado Robert Gooch a la BBC.

El coste de una docena de huevos ha subido un 35,3% hasta los 3,34 euros, mientras que la inflación de los alimentos alcanzó un 16%

El Consorcio del Sector Minorista Británico insiste en que no quiere subir el precio de los huevos demasiado cuando muchas familias están luchando para pagar su calefacción y hipotecas este invierno. El coste de una docena de huevos ha subido un 35,3% hasta los 3,34 euros, mientras que la inflación de los alimentos alcanzó un 16% en octubre, según la Oficina Nacional de Estadísticas.

Algunos creen que la situación durará hasta pasadas las navidades. De repente, el detalle de mi cuñado me parece especialmente generoso. Le pregunto si son los últimos huevos del frigorífico. Me asegura que, comprando por Internet en su supermercado de siempre, no había racionamiento. Sin embargo, en su pollería del barrio le han advertido de otra noticia: este año no habrá aves dado que su proveedor ha tenido que sacrificarlas todas por la gripe aviar. El pavo tradicional de la navidad británica se sustituirá en casa de mi hermana por cordero.

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