Que lo diga una persona que ha estado tan tremendamente expuesta a las cámaras, los eventos y, en resumidas cuentas, a ser la imagen de un país entero, tiene su peso. Pero Michelle Obama nunca se ha caracterizado por callar ante problemáticas que considera importante que dejen de ser tabú. Y entre dichas precoupaciones están las inseguridades que viven hoy en día tantas personas en el mundo y especialmente exacerbadas desde la eclosión de las redes sociales.

A sus 58 años, y en una entrevista que ha concedido para los desayunos de la BBC, la que fuera Primera Dama de Estados Unidos ha promocionado su nuevo libro, titulado Con luz propia, y en el que se muestra muy sincera en temas como sus frustaciones, los miedos que ha sentido o algunas de sus emociones más desconocidas.

En dicha charla, la esposa de Barack Obama ha comenzado explicando por qué se ha embarcado en esta aventura tras su último bestseller, sus memorias de 2018. "He escrito este libro para cualquier persona que se sienta sola, frustrada o abrumada por todas las crisis que estamos viendo en las noticias y en las redes sociales", ha comenzado diciendo.

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"No se puede negar que todos nos hemos sentido algo perdidos o desatados en algún momento, preguntándonos luego cómo podíamos recobrar cierta estabilidad. Este libro es un intento mío de compartir cómo yo he conseguido esa estabilidad durante las etapas de cambio y dificultades a lo largo de mi vida", ha explicado.

Y entre esas dificultades están, para ella, los espejos. Michelle ha asegurado que cada mañana tiene ganas de apagar la luz parano verse. "Yo ya era alta cuando estaba en el jardín de infancia y a partir de ahí nunca dejé de crecer. Que se prestase tanta atención a mi estatura me provocó  una nueva conciencia de quién era, una vaga sensación de otredad", ha admitido.

Precisamente por ello le dedica tanto espacio en el libro a este aspecto. "Necesitamos aprender cómo querernos a nosotras mismas tal cual somos", ha subrayado, porque a ella le ocurre que bastante que tiene multitud de sentimientos negativos hacia su cuerpo. "Odio cómo me veo todo el tiempo, pase lo que pase", ha puntualizado.

A Michelle, ha explicado, le ha venido muy bien trabajar su autoestima. "La experiencia me ha enseñado que esta clase de autoconocimiento refuerza la seguridad en ti misma, lo que a su vez te hace estar más serena y ser capaz dever las cosas con distancia. Y eso lleva, al final, a establecer conexiones más fuertes con los demás. Una luz alimenta otras luces. Una familia fuerte infunde energía a otras familias. Una comunidad comprometida puede iluminar a las comunidades que la rodean. En eso radica el poder de la luz que irradiamos", ha continuado.