Carlos III vende algunos de los caballos de Isabel II por un millón de libras

El rey Carlos III llega en un coche oficial al funeral de su madre, Isabel II, que se celebra en la Abadía de Westminster, en Londres.
El rey Carlos III.
TOLGA AKMEN / EFE
El rey Carlos III llega en un coche oficial al funeral de su madre, Isabel II, que se celebra en la Abadía de Westminster, en Londres.

La política de austeridad que quiere implantar en la monarquía el rey Carlos III no ha hecho más que empezar. Y para él no existen gastos superfluos ni araigados sentimentalismos. El ejemplo más claro era el amor que sentía su madre, Isabel II, por los caballos de carreras, que criaba y cuidaba. Pero eso no ha sido suficiente para que a las primeras de cambio el nuevo monarca haya decidido vender, y esto es el principio, 14 ejemplares.

A pesar de que se llegó a decir que el soberano dejaría los establos en manos de su esposa, la reina consorte Camila, lo cierto es que ha dejado pasar apenas dos meses desde el fallecimiento de Isabel II para desprenderse, en Newmarket -ciudad inglesa famosa precisamente por el turf, como se conocen las carreras de caballos-, de varios purasangres utilizando la casa de subastas Tattersalls.

Desde la propia empresa han restado importancia al gesto del monarca. "No es nada fuera de lo común. Todos los años se venden caballos. La reina tenía ya sus propias yeguas de cría, y las sacaba adelante y lasvendía porque no podía quedárselas todas", han declarado, si bien, según Vanitatis, cualquier experto podrá decir que 14 ejemplares de purasangre es un número muy elevado.

Sobre todo, si se tiene en cuenta que, cuando falleció en septiembre, quedaban en sus establos de Sandringham, conocidos como Royal Stud, 37 caballos. El Daily Mail incluso intuye la posibilidad de que a este ritmo en tres años dicha cuadra se haya convertido en un museo, sobre todo teniendo en cuenta el montante que se ha embolsado la familia real británica por la venta: un millón de libras (1.150.000 euros, aproximadamente).

Además, este precio es lo que cuesta al año el mantenimiento de las caballerizas reales, si bien parte del mismo era sufragado por los propios caballos, que solían ganar, según el susodicho medio español, el 16% de las carreras en las que participaban, un dinero que luego regresaba a los propios caballos en forma de entrenamiento y sustento.

De Sandringham a La Zarzuela

Como curiosidad hay que puntualizar que uno de los ya antiguos caballos de Su Majestad ha venido a parar a España. It’s Chico Time, el nombre del animal, ha sido adquirido por Óscar Anaya, entrenador argentino afincado en el Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid, que ha pagado unos 25.000 euros por él y que pertenecerá a uno de sus clientes, si bien pronto se le podrá ver correr en suelo español.

Esto se lo ha confirmado Álvaro Gutiérrez de la Fuente, director general del Hipódromo de la Zarzuela, aVanitatis. "El caballo ya se encuentra en las cuadras del hipódromo. Para nosotros no tiene mayor repercusión que se trate de un caballo cuyo anterior propietario fuera la reina Isabel II", ha admitido.

Por último, Gutiérrez de la Fuente ve grandes diferencias entre Isabel II y su hijo en el mundo turf. "Tengo que destacar el apoyo incondicional que ella ha significado para el mundo de las carreras de caballos. Siempre se la recordará con mucho cariño por su repercusión en el sector", ha asegurado, mientras que no cree que el nuevo monarca sea igual de apasionado que su madre: "Los caballos es una pena que se vendan, pero lo peor será que Carlos III se deshaga de la yeguada y de los establos, que parece que es lo que va a hacer".

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