First Dates recibió este lunes a una invitada muy especial, la presentadora Elsa Anka, madre de Lidia Torrent, que se encuentra de baja tras su reciente maternidad. 

Anka fue la encargada de sustituir a la camarera en el Especial de Halloween del programa de Cuatro y aprovechó para vestirse de Maléfica, mientras que el resto del equipo también se disfrazó.

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Carlos Sobera fue vestido de Muerte con guadaña; Matías Rure encarnó al protagonista de El cuervo, y las gemelas iban ataviadas de la novia cadáver y la novia de Frankenstein para recibir a los comensales.

Una de las mesas que atendió Anka fue la de Antonio (vestido como el Padre Karras de la película El exorcista) y Gemma (disfrazada de la mujer de Frankenstein).

El director de cine y escritor comentó que practicaba exorcismos los jueves y le encantaba ayudar a quitar los demonios de los demás. "Estoy buscando a una persona que le haga reír y disfrutar", afirmó.

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Eso sí, el valenciano se definió como "edonista y romanticerdo. Se trata de un complicado equilibrio entre mucho vicio y mucho romanticismo", admitió.

La barcelonesa, por su parte, comentó que era una mujer sencilla y normal, "si es que existe alguien normal...". Afirmó que su libro favorito siempre había sido Frankestein, de ahí que se disfrazara de su mujer para la cita.

Ya en la mesa, Gemma le contó a Antonio que en su familia hay muchas mujeres y que todas tienen algo: "No sé si son poderes mágicos. Mi prima tiene muchas premoniciones, mi hermana siente que han pasado cosas y  yo oigo y veo cosas".

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Pero el valenciano le superó al señalar que tiene a su familia debajo de la cama: "En el canapé guardo las urnas con los restos de mi padre, mi madre y mi hermana". 

"Además, de dormir, comparto con mi familia mis encuentros más íntimos. Incluso a algunas mujeres les ha excitado mucho saber ese dato o me han agradecido con lágrimas en los ojos que compartiera algo tan personal con ellas", aseguró el comensal.

Al final, él sí que quiso una segunda cita porque "me ha encantado su elegancia y su clase. Me he sentido en una película de los años 30 en Viena", afirmó.

Pero Gemma, en cambio, prefirió no volver a quedar: "Estamos en momentos vitales distintos. No nos vamos a poder dar lo que estamos buscando", concluyó.

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