Una camiseta de colores, los lóbulos de las orejas dilatados, piercings en multitud de lugares de la cara y unos colmillos de vampiro... Así se presentó Rafa en su cita de First dates este miércoles.

Tanto llamaba la atención que Carlos Sobera exclamó entre risas al verle: "Me dijeron que eras anillador y pensé que era de palomas, pero ya veo que no...".

"Tienes una estética muy singular", le dijo el presentador al comensal, que le explicó que tenía un look muy analizable porque le gustaba dilatar todos los piercings de su cuerpo, por arriba, y por abajo...

MEDIASET

El madrileño también comentó que había tenido muchas relaciones sexuales, pero muy pocas sentimentales: "Ahora estoy más tranquilo y con la edad he perdido las ganas de tanta intensidad. Puedo echar un kiki con una chica, pero también me gusta ir al cine o a tomar algo".

Su cita fue Aida, una estudiante de Derecho residente en Toledo que admitió en su presentación que se consideraba friki de muchas cosas: "Todo el mundo lo es en algo".

El gusto por los piercing y los tatuajes les unió, ya que a ambos les cautivaba modificar su cuerpo. "He parado de hacérmelos porque si me tatúo el cuello nunca me van a contratar de abogada", admitió ella.

Pero lo que más sorprendió a la toledana fueron los colmillos del madrileño. "Son unas fundas. Antes las llevaba de cerámica, pero las rompía todo el rato y me os he hecho de cromo", le explicó Rafa, que se los quitó para mostrárselo.

MEDIASET

Aida, por su parte, sorprendió al anillador cuando le contó que vivía con su ex y con su familia en la misma casa. "Estuvimos juntas cuatro años y cuando lo dejamos, hace tres, nos llevábamos tan bien... éramos como hermanas, así que ella se quedó a vivir con mi familia".

Al final, Rafa sí que quiso tener una segunda cita con Aida porque "hemos tenido mucho feelling". La toledana, por su parte, también deseó volver a verle: "Me ha hecho hablar, y eso es porque estaba muy a gusto".

MEDIASET