Ana Milán, Anabel Alonso o Edu Soto, entre otros, se someten al fascinante experimento teatral de 'Conejo blanco, conejo rojo'

  • La obra se representa en el Teatro Marquina, de Madrid.
Logo de la obra 'Conejo blanco, conejo rojo'.
Logo de la obra 'Conejo blanco, conejo rojo'.
Teatro Marquina
Logo de la obra 'Conejo blanco, conejo rojo'.

El pasado lunes 17 de octubre, decenas de espectadores acudieron al madrileño teatro Marquina sin saber muy bien a qué se iban a enfrentar. Iban a ver la obra Conejo blanco, conejo rojo, y lo único que tenían claro es que la maestra de ceremonias iba a ser Ana Milán.

Sin embargo, ni siquiera ella misma sabía lo que le esperaba, porque esa es precisamente la gracia de la obra escrita por el iraní Nassim Soleimanpour: la actriz o el actor sube al escenario sin guion alguno, es en ese momento en el que recibe el texto y comienza a leer... A partir de ahí, todo depende del intérprete, de cómo afronte la obra, y también del público, que tiene un papel fundamental en el desarrollo de la misma.

En el caso de Ana Milán hubo algo más, nada más salir al escenario, antes incluso de abrir el libreto, un sonoro aplauso llenó el teatro, y cuanto más pedía ella que cesase, más incrementaba el público la intensidad... hasta conseguir que la emoción asomase en los ojos de la actriz.

Y así, tras este primer momentazo de los muchos que dio la noche, con la mirada brillante y una reprimenda a los presentes por ponerla nerviosa nada más comenzar, Ana dio inicio a la función, donde demostró su maestría, su capacidad de improvisación, su desbordante carisma y una complicidad total con un público entregado.

Solo falta por destacar a alguien más, al propio Nassim, el autor, cuya voz está presente de principio a fin y que, gracias a la escritura, ha conseguido viajar aun sin poder salir él de su país. La obra se ha representado ya en escenarios de Londres, Nueva York, Ciudad de México o Buenos Aires, entre otras ciudades, fascinando a multitud de espectadores con una propuesta llena de humor, pero que sin embargo ofrece profundas reflexiones, a menudo filosóficas, sobre el arte, el tiempo y el espacio o la vida misma.

No se puede decir mucho más sobre lo que vino a continuación, ya que el secreto, ignorar en qué consiste, es la esencia de Conejo blanco, conejo rojo, tanto para el público como para el actor, que solo lo representa una única vez. De hecho, el próximo lunes será Anabel Alonso la que viva la experiencia. La seguirán en semanas sucesivas Secun de la Rosa, Pepe Viyuela y Edu Soto, aunque se irán confirmando más nombres.

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