¿Y ahora qué? El Reino Unido no sale del bucle y se abren dos opciones: otro 'premier' elegido por los conservadores o elecciones generales

Liz Truss se dirige al número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión.
Liz Truss se dirige al número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión.
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Liz Truss se dirige al número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión.
Liz Truss se dirige al número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión.
EP - ATLAS

El Reino Unido vuelve a empezar. Solo seis semanas después de que Liz Truss asumiera el cargo de primera ministra, lo abandona entre críticas internas y una crisis como pocas se recuerdan, con un país muy tocado económicamente y un partido conservador que ya no la apoya. Se ha convertido ya, una vez asumido que no puede "cumplir con el encargo" que le hicieron los tories, en la premier más breve de la historia del país. Y Londres lo reinicia todo y ahora se queda con dos opciones sobre la mesa: que los conservadores vuelvan a elegir al primer ministro o unas elecciones generales marcadas por una era de total inestabilidad.

La maquinaria de los 'tories' se vuelve a activar

A la primera ministra que menos tiempo ha tenido las llaves del 10 de Downing Street la seguirá también proceso más rápido para elegir a sus sustituto. Y es que ese es el camino que quieren coger los conservadores, que se ven muy por detrás en las encuestas electorales. Así, el 28 de octubre está previsto que puedan situar en el poder al tercer mandatario en solo tres años, tras Boris Johnson y la propia Truss. ¿Y qué nombres suenan? Los ya conocidos, con una lista a la que ya se ha sumado de forma oficial Penny Moudrant, que ya quedó rezagada en la carrera que aupó a Truss y ahora lo quiere volver a intentar.

Los analistas apuntan a un pacto en los despachos para que no haya un cara a cara como el que enfrentó durante 54 días a Truss y a Rishi Sunak. Consideran que el primer paso para recuperar la estabilidad es una elección tranquila. Así, es probable que las grandes almas del partido acuerden los grandes cargos del Gobierno, con un equipo formado por Moudrant, el propio Sunak, el actual ministro de Economía Jeremy Hunt y Ben Wallace. El objetivo principal es 'revivir' al partido hasta las elecciones, previstas para dentro de año y medio.

Liz Truss, una 'dama de hierro 2.0' que se rindió a los 44 días de llegar al poder. (ATLAS)

Unas elecciones... con los laboristas muy favoritos

"Deberíamos tener un nuevo líder al mando antes de la declaración fiscal que tendrá lugar el 31 de octubre", ha explicado Graham Brady, el presidente del Comité 1922, que agrupa a los conservadores sin cargo. Y es que esa es la fecha en la que el secretario del Tesoro comparecerá ante la Cámara de los Comunes para plantear soluciones ante los problemas de deuda pública que atraviesa el país. La situación económica es delicadísima, y fue precisamente lo que marcó la caída de Truss: pasó de defender bajadas masivas de impuestos a sustituir a su canciller ante la reacción negativa de los mercados.

¿Y las elecciones? Una jugada muy arriesgada para los tories. Los sondeos dan una ventaja de hasta 30 puntos a los laboristas y un paso por las urnas podría dejar a los conservadores, que ahora tienen mayoría absoluta, en una posición muy secundaria, incluso por detrás del Partido Nacional escocés (SNP). De hecho, el líder de la oposición, Keir Starmer, ya se lanzó a pedir comicios anticipados. "Esto no puede continuar así, Reino Unido merece algo mejor y no puede permitirse más el caos de los conservadores. Necesitamos unas elecciones generales ya", sostuvo, y acusó a sus oponentes de "no cumplir con el deber patriótico". Los laboristas, de hecho, llevan sin estar en el poder desde la salida de Tony Blair en favor de David Cameron. 

¿Y si vuelve Johnson?

Es una posibilidad. De hecho, el propio ex primer ministro habría comunicado a varios medios británicos que tiene intención de presentarse y lo haría después de que varias encuestas le dieran como favorito para reemplazar a Truss. Johnson salió por la puerta de atrás después de escándalos como su gestión de la pandemia y sobre todo el partygate, la investigación de las fiestas celebradas en la residencia oficial durante los meses más duros del confinamiento. Pese a ello, los diputados de su máxima confianza ya han pedido su regreso y muchos expertos apuntan a que ese giro tendría lógica: es el único que mantiene la legitimidad de las urnas tras ganar las últimas elecciones, en 2019, con el mejor resultado de la historia del partido conservador.

Una crisis política que dura seis años

Si se toma como referencia el referéndum del brexit, que tuvo lugar en 2016, el Reino Unido va camino de tener cinco primeros ministros en solo seis años, desde David Cameron hasta el sustituto de la defenestrada Truss. Cameron dimitió por la victoria de la salida de la UE en la consulta, y tomó el relevo Theresa May que no pudo llegar a un acuerdo con Bruselas para hacer el divorcio lo menos traumático posible. Johnson parecía haber revitalizado al partido: acordó con la Unión, arrasó en las elecciones y en su haber puede contar también con el hecho de ser muy proactivo en el apoyo a Ucrania tras la invasión rusa. Pero acabó cesado entre polémicas. De Truss se pueden hacer pocos balances. En 44 días no solo no ha capeado el temporal, sino que ha agravado una crisis que ya dura años. El siguiente que llegue tendrá que cerrar demasiadas heridas.

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