Hace unos días leía esto en un medio español: "Dos feministas más feas que una resaca de ron destrozan Los girasoles de Van Gogh". Algunos pensarán que es muy gracioso y que hoy no se puede hacer humor con nada. Que juzguen a las mujeres por el físico es tan agotador y aburrido como el debate sobre el CGPJ donde, por cierto, casi todos son hombres. Las activistas no han destrozado nada porque el cuadro estaba protegido. No estoy a favor de la destrucción del patrimonio cultural, pero creo que el arte es un escenario perfecto para visibilizar realidades; así lo es y ha sido durante siglos, el medio para revindicar y mostrar lo que sucede. En este caso, ponían el foco en la crisis climática, otras veces ha sido el papel de la mujer, algo todavía necesario.
Solo el 4% de las estatuas en Madrid homenajean a mujeres, y una de las pocas que lo hace, como el mural de Justa Freire, ha sido vandalizado de nuevo. La futbolista Putellas ha vuelto a ganar el balón de oro, solo lo han conseguido 8 en el mundo. Cuando ocupe tantas líneas como las que llena Benzema, las reivindicaciones no serán necesarias.
Cuando una mujer no sea noticia por quitarse el velo para luchar por los derechos en su país, como la escaladora iraní Rekabi, y lo sea por sus logros deportivos, habremos pasado página. Mientras unas suben, otros bajan, mientras unas alcanzan la cumbre, otros se desploman de la fama.
Ahí está Bill Murray que ha dicho que "acosar a una mujer" era gracioso en su época y hoy ya no lo es tanto, claro, es que ya no se pueden hacer bromas. Luego que si la abuela fuma, en fin, no era ella la del puro, era el abuelo, porque ella estaba fregando los platos. Pero claro, esto no es tan gracioso.
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