Tras varias semanas en el foco de la prensa del corazón, Tamara Falcó ha realizado un último movimiento que deja patente que la marquesa de Griñón no quiere saber nada ya de su expareja Íñigo Onieva.

En concreto, Falcó ha borrado el último trazo que todavía la relacionaba con Onieva: las fotografías de ellos juntos publicadas en redes sociales.

De los dos años de relación con el empresario tan solo quedan dos imágenes en las que apenas se le ve, ya que aparece en el reflejo de un espejo o como integrante en una fotografía de grupo.

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Este ha sido el último paso que ha dado la hija de Isabel Preysler en redes sociales, tras romper además todo tipo de contacto con otros miembros de su familia, como su hermana Alejandra Onieva o su madre, Carolina Molas.

El gesto supone toda una declaración de intenciones por parte de Tamara Falcó, que esta semana se ausentó del programa El Hormiguero, donde colabora cada jueves. "Tamara no está aquí porque está de viaje, pero no puedo decir donde está porque se le llena de paparazzis", la excusó el presentador, Pablo Motos.

Onieva, por su parte, rompió públicamente su silencio el pasado fin de semana con una declaración a los medios en la que pidió respeto para él y su familia y volvió a pedir disculpas a Tamara Falcó. 

"Aprovecho para pedir de nuevo perdón a Tamara, lo haré las veces que haga falta. Me tiene totalmente destrozado, me arrepiento haberle hecho daño y haberla engañado. Si ya es duro de por sí haberla perdido, toda esta repercusión mediática que está teniendo lo complica más", dijo entonces.