El etiquetado Nutriscore, que califica los alimentos en función de si son más o menos saludables, será más exigente en sus calificaciones. Según ha indicado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un comité científico ha actualizado el algoritmo para alimentos sólidos, lo que en la práctica supone un endurecimiento de los requisitos para que un producto obtenga una mejor calificación. 

Las compañías eléctricas mejor y peor valoradas por los consumidores

En concreto, el algoritmo ahora es más estricto a la hora de puntuar la presencia de azúcar y sal y también valora más la presencia de fibra y proteínas.. El resultado de estos cambios es que con esta asignación de puntos es más difícil obtener la valoración A.

Por grupos alimentarios, estos cambios provocarán que, por ejemplo, para el pescado azul, aquellos productos sin sal o sin aceite añadido sean mejor valorados. Lo mismo pasa con los quesos maduros: aquellos con menor contenido en sal recibirán una mejor puntuación. Por su parte, los platos preparados serán peor valorados, debido a su mayor contenido en sal y grasas.

En el caso de los frutos secos y semillas oleaginosas serán valorados siguiendo los criterios que se aplican al grupo de las grasas, en lugar de como frutas y verduras, por lo que su valoración mejorará. Igualmente, los productos 100% integrales, como pan, harinas o pasta alimenticia, también serán mejor valorados que los refinados.

Los aceites vegetales ricos en grasas insaturadas también serán mejor considerados, de forma que el aceite de oliva obtendrá una B en lugar de la C que se le aplicaba hasta el momento. Por último, los productos azucarados como cereales, postres lácteos, galletas o bollería, entre otros, serán peor valorados debido a estos cambios. Por otra parte, también habrá cambios en los criterios de las bebidas que se anunciarán en las próximas semanas.

Así, el nuevo algoritmo del Nutriscore estaría listo para finales de este año. Como es normal, habrá un periodo de transición para que los fabricantes puedan adaptar su etiquetado a este cambio.

¿Cómo funciona el sistema?

El Nutriscore es un sistema de etiquetado frontal que otorga una letra y un color tras hacer una media con diferentes parámetros (calorías, grasas, azúcar, sal...) para definir si un alimento es más o menos saludable; la máxima calificación se puntúa con la letra A y el color verde y la peor con la E y el color rojo.

Este esquema suscita división entre defensores y detractores: para los primeros tiene la ventaja de que facilita al consumidor elegir la mejor alternativa para su salud, mientras que los segundos advierten de la confusión que genera debido a que está diseñado para comparar productos de una misma sección, y no entre categorías distintas.

En la práctica esto significa que es posible encontrar cereales del desayuno o patatas fritas con notas más altas que aceites o leches, por ejemplo.

La decisión de apostar o no por el Nutriscore genera debate dentro del sector, aunque de momento se trata de un sistema voluntario, a la espera de que Bruselas debata la adopción de éste u otro esquema. 

Grande firmas de la industria alimentaria como Danone, Gullón, Nestlé, Nueva Pescanova o Pascual hacen uso de este esquema en varias de sus referencias, y grupos de distribución como Alcampo, Aldi, Carrefour, Eroski o Lidl también lo están expandiendo a través de su marca blanca.