Entrevista

Sara Vega: "Sufrir es perder el tiempo"

  • La actriz, que siempre imaginó estar en un escenario, protagoniza ahora la obra 'La madre que me parió'.
La actriz Sara Vega.
La actriz Sara Vega.
CEDIDA
La actriz Sara Vega.

Sara Vega es el resultado de la constancia, la tenacidad y el esfuerzo. De la lucha por cumplir el sueño de vivir regalando sonrisas o despertando intrigas a un público que, reconoce, siempre es el mismo, pero nunca responde igual. Esta trianera con acento amadrileñado está protagonizando la obra La madre que me parió y nos regala un viaje a su infancia para hablar con esa niña que, dice, no ha dejado de ser…

Con ese título parece que está echándose la bronca…
Más bien todo lo contrario. Debo reconocerte que esta obra es mi diversión diaria y el aprendizaje absoluto. Tengo suerte de compartir escenario con actrices tan preparadas y con tanta sabiduría. Me resulta un privilegio estar a su lado y durante tanto tiempo.

Esta obra sobrevivió al coronavirus. ¿Cómo fue volver a empezar?
Nos lo tomamos con mucha ilusión. El primer confinamiento nos pilló en plena temporada y resultó bastante caótico. Como todos, pensamos que sería cuestión de días, pero no fue así y lo afrontamos como pudimos. Tuvo que pasar un mes hasta que pude ir a mi camerino y sacar mis cosas personales. Después de todo, seguimos haciendo humor con las relaciones de las madres y las hijas.

¿Una hija siempre acaba pareciéndose a su madre?No lo dudes. Con el tiempo acabas copiando rasgos característicos de tu madre, incluso repitiendo aquello que más odias. Todas las hijas tenemos ese punto en común: aunque corras, tu madre siempre te atrapa. Y, llevado al humor, esa coincidencia hace que el público conecte y se ría a carcajadas.

¿La gente siempre se ríe de lo mismo?
No, esto es muy curioso, pero siendo el mismo guion la gente se ríe en momentos distintos. Creo que esto se debe a que no solo se trata de lo que cuentas, sino de cómo lo cuentas. En ocasiones se pueden llegar a reír por un gesto, una mirada o, incluso, un silencio. La comedia es tan mágica que no tiene lógica.

¿Hay que ser gracioso para hacer reír?
Me gusta tomarme la vida con sentido del humor, lo he heredado de mi padre y de su familia. Hay que intentar morirse de la risa incluso en los momentos más complicados. Te prometo que yo puedo llegar al teatro destrozada o con muchos problemas, pero cuando salgo estoy mucho mejor. Me equilibra ver a la gente disfrutando y me permite ver que soy afortunada y no puedo recrearme en los momentos difíciles.

¿Es muy quejica?No me considero así. Y me gusta que la gente que está cerca de mí tampoco lo sea. La mayoría de las veces nos quejamos por tonterías y, aunque no soy Coach, tengo mucha vida y puedo hablarlo en primera persona.

¿Tan sufridora es?Me gusta más decir que he sido muy sufridora, pero porque soy muy dramática. Ahora me veo en ciertos recuerdos y, madre mía, el tiempo que he perdido con paranoias e inseguridades. En el pasado me cogía unos berrinches y hacía unos dramas con unas intensidades que no eran normales. Los años te enseñan que sufrir es perder el tiempo.

¿Lo enseñan los años o las decepciones?Lo enseñan los años. He tenido decepciones, pero tampoco han sido tantas. Por suerte, este tipo de chascos no me han pasado ni con amigos o parejas. Las mayores hostias de mi vida han ocurrido en el plano profesional, donde me han engañado o estafado por confiar y no preguntar. Ser actriz me da de comer, pero no lo veo como un negocio.

¿Ha conseguido llegar a donde se imaginaba cuando tenía esa edad?Sí, estoy consiguiéndolo. Si hago ese viaje y vuelvo a los nueve años, me veo en un escenario, bailando, interpretando papeles… En realidad, sigo siendo la misma niña de aquel entonces.

Si pudiera hablar con ella, ¿qué le diría?
Me encantaría decirle que nunca deje de ser como es, que no se deje llevar por decisiones de terceras personas, que piense y actúe como realmente siente para no cometer errores que seguramente se pueden evitar.

¿Se arrepiente de algún paso dado?Sí, claro que me arrepiento mucho y de muchas cosas. Al contrario de lo que suele decir todo el mundo, si volviera a nacer no volvería a tomar ciertas decisiones. Es la única forma de evitarme ese dolor, ese sufrimiento y más en una profesión como la mía.

¿Es usted feliz?Sí, en la mayor parte del tiempo me atrevería a decir que sí. Eso no significa que no tenga días de llorera fuerte, pero creo que tiene que ver con la revolución hormonal propia de las mujeres.

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