Susana Ruiz Responsable de justicia fiscal de Oxfam Intermón
OPINIÓN

Camino a una política fiscal justa

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anuncia este jueves una subida del IRPF a las rentas mayores de 200.000 euros y reducciones para quien gane menos de 21.000 euros. "Un trabajador que hoy gana 18.000 euros se ahorrará 746€ al año", ha comunicado Montero, en rueda de prensa.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anuncia este jueves una subida del IRPF a las rentas mayores de 200.000 euros y reducciones para quien gane menos de 21.000 euros. "Un trabajador que hoy gana 18.000 euros se ahorrará 746€ al año", ha comunicado Montero, en rueda de prensa.

El sistema tributario es una herramienta para construir sociedades más justas y menos desiguales. Todos los cambios que hagan que sea más eficiente y progresivo son una buena noticia.

Las medidas anunciadas por el Ministerio de Hacienda suenan bien: gravar más la riqueza y las rentas más altas, reducir los privilegios fiscales de las grandes empresas y aliviar la carga que soportan las rentas bajas. Hay que seguir avanzando hacia una reforma permanente y estructural de la fiscalidad que permita al país equilibrar sus cuentas públicas y fortalecer un Estado del bienestar que verdaderamente reduzca la vulnerabilidad y desigualdad económica y social.

Hay que seguir avanzando hacia una reforma estructural de la fiscalidad

Nos preocupa la competencia fiscal a la baja que estamos viendo en nuestro país. Es una tendencia insolidaria que nos debilita, beneficia principalmente a las grandes fortunas y reduce los recursos públicos necesarios para hacer frente a la crisis. Por no hablar de cómo agudiza los desequilibrios sociales y territoriales. La riqueza es también fuente de capacidad económica y, por tanto, también debe fiscalizarse. Lo mismo ocurre con las rentas de capital, que tienen un fuerte peso entre las rentas más altas pero que sin embargo tienen un trato preferencial respecto a los sueldos y salarios.

Los cambios en el Impuesto de Sociedades complementan la propuesta para gravar los beneficios extraordinarios de la banca y las energéticas, que, aunque es muy positiva, tiene margen de mejora. Si ampliamos el foco, vamos con retraso en contar con un plan de choque contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales. ¿Para cuándo una lista negra española?

En definitiva, el Gobierno tiene la responsabilidad de asegurar los recursos necesarios para financiar medidas de protección social frente a la inflación, que no para de golpear, cual saco de boxeo, a las personas más vulnerables. Y estos cambios fiscales van en esa dirección.

El reparto del esfuerzo debe ser justo. Solo así corregiremos las brechas que atraviesan nuestra sociedad.

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