Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Alfonso Arús y la complicación de calcar el éxito matinal en la tarde del sábado

El mayor truco del éxito televisivo y el que menos se utiliza.
Alfonso Arús, en el plató de 'Aruseros'.
Alfonso Arús, en el plató de 'Aruseros'.
Aranzazu Elena Rodriguez
Alfonso Arús, en el plató de 'Aruseros'.

Los sabios de la tele siempre decían aquello de que lo que funciona mejor no cambiarlo. Y así se ha instalado Alfonso Arús en la tarde de La Sexta con una edición de Aruseros Weekend muy parecida al exitoso matinal que ha conseguido destacar por encima de los magacines tradicionales. Mientras todos cuentan lo mismo, Alfonso Arús ha huido de la alarma para empezar el día con entusiasmo. Su programa bebe de los enérgicos morning shows de la radio que entremezclan participación amable, humor pícaro e información sin atosigar.

En la tarde de La Sexta se reproduce el invento. Casi tal cual. El éxito de Arús es que es Arús. El comunicador maneja con habilidad el compás del carrusel de curiosidades, anécdotas y noticias que afronta el show, sabiendo cuando un tema puede respirar y cuando no. Incluso es hábil compartiendo vicisitudes internas del programa, mientras no deja de mirar con su mirada a cámara. Los vínculos indestructibles con la audiencia se alcanzan compartiendo confidencias. Mejor si es con un punto gamberro. Lo han hecho siempre los grandes. María Teresa Campos, Raffaella Carrá, Mercedes Milá... También Arús. No sólo se busca entretener, se intenta encontrar una implicación con el espectador.

Pero a Arús le está costando el inicio en esta nueva franja. Ha acertado en huir de modificar considerablemente el contenido del programa, como hizo en una fallida versión nocturna de su Aruscities en Antena 3. De esta forma, el espectador reconoce colaboradores -que no comparte con otros espacios nacionales- y dinámica. Sin embargo, el ritmo de las tardes es diferente. Por la mañana, Arús guía con ese apasionado despertar que se puede compaginar con otros quehaceres ya sea en casa o en el trabajo. La tarde del sábado es más de sofá y mantita. Al menos, en otoño. La estética y velocidad se gradúan con menos fuelle. En televisión, cuatro horas vespertinas se hacen más largas que cuatro horas matinales.

El acierto de Arús está en que adapta la ingeniosa participación del público, que manda sus vídeos allá donde están ese sábado. Bodas, bautizos y otros eventos familiares son bienvenidos. El programa aprovecha las aplicaciones móviles para integrarlas en el formato televisivo, generando una comunidad de fieles que a la vez crean conversación como corresponsables del show en toda la España habitada.

Con este intento de clonar un éxito matutino en la tarde del sábado, La Sexta completa una de las pocas franjas de daytime que queda libre al canal en el daytime como referente de televisión en directo sin tregua.  Además, así, Atresmedia incluso puede hacer pupa a Telecinco con un espacio que resta público afín de los magacines de tarde de la cadena de Mediaset.

Ahora La Sexta necesita el mismo ingrediente que propulsó a Alfonso Arús y Aruseros por la mañana: paciencia. Paciencia para asentar los personajes. Paciencia para generar rutina. Paciencia para armar vínculos. Paciencia para dar a conocer lo distinto entre todo lo mismo. Paciencia, el mayor truco del éxito televisivo y el que menos se utiliza.

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