Apenas tres días le han bastado a Blake Lively para hartarse y dejar a multitud de paparazzis sin la exclusiva en imágenes. ¿Por qué? Porque hay límites, como el del hostigamiento y el acoso que no se pueden sobrepasar y la actriz, molesta por la búsqueda incesante de cada cámara de su nuevo embarazo, ha decidido que las fotografías se la hacía ella misma y se acabó.

A mediados de la semana pasada, la actriz de Gossip Girl, Infierno azul o El secreto de Adaline y su pareja, el también actor Ryan Reynolds, anunciaban una buena nueva: estaban esperando su cuarto hijo en común, lo cual confirmó dejando ver su avanzado estado de gestación luciendo un impresionante vestido dorado que no ocultaba sus curvas de premamá en el evento anual por el empoderamiento femenino que organizó la revista Forbes.

Sin embargo, aquellos posados en el photocall no parecieron ser suficientes y multitud de paparazzis y reporteros se instalaron en las inmediaciones de su casa con tal de obtener nuevas fotografías de su día a día como futura madre de cuatro (los hermanos del recién nacido serán los pequeños James, Inez y Betty, de 7,5 y 2 años respectivamente).

Por eso mismo, tirando de su Instagram, donde tiene casi 35 millones y medio de seguidores, la intérprete de 35 años ha querido hacer inútil el esfuerzo de quienes esperaban a las puertas de su hogar y subir ella misma todo un álbum de sus fotografías de embarazada.

"Aquí hay fotos de mí embarazada en la vida real para que los 11 hombres que están esperando fuera de mi casa para verme me dejen en paz. Nos están asustando a mí y a mis hijos", ha escrito la actriz junto a las instantáneas, a la vez que agradecía el apoyo de sus seguidores contra quienes postean fotografías de niños pequeños.

"Gracias a todos por todo el cariño y respeto y por seguir dando unfollow a cuentas y publicaciones que comparten imágenes de niños. Tenéis el poder contra ellos. Y gracias a los medios que os aseguráis una política 'sin imágenes de niños'. Hacéis la diferencia. Mucho amor", ha finalizado.