Como cada año, ya en la madrugada del domingo, el Fossar de les Moreres, en el Born, es uno de los puntos neurálgicos del independentismo donde se rinde homenaje a los héroes de 1714. A diferencia de otros años, en esta ocasión, la división entre las fuerzas políticas y la sociedad civil fue la nota predominante. El clima en todo momento fue de tensión, y los representantes de Esquerra Republicana de Catalunya, ERC, y el PdCat fueron recibidos con silbidos, gritos e insultos como “botiflers”, algo así traidores.

Hasta tal punto, que la portavoz de ERC, Marta Vilalta, se enfrentó a los allí concentrados con claras muestras de enfado espetándoles les que podían “gritar, gritad más si os parece. Venga, que no os oímos. Porque mientras vosotros gritáis, nosotros, la gente de ERC, trabajaremos para llevar a este país a la libertad".

La llegada de la delegación de Junts rebajó la tensión significativamente, e incluso su secretario general, Jordi Turull, reclamó "más unión y menos recriminaciones". Con la delegación del PdCat en escena, la tensión volvió a aumentar, hasta el punto que una cámara de televisión fue empujada y tirada al suelo por estar grabando una fuerte discusión entre representantes de diferentes fuerzas independentistas.

"Gritad más si os parece. Porque mientras vosotros gritáis, la gente de Esquerra, trabajaremos para llevar a este país a la libertad". Marta Vilalta, portavoz de ERC

En este ambiente se inició la Diada, propiamente dicha, con los dos actos en homenaje a Rafael de Casanova: la visita a la tumba en Sant Boi, y la ofrenda floral a su monumento en la confluencia de la Ronda Sant Pere y Alí Bei de Barcelona. Este acto volvió a ser ejemplo de la división que se ha vivido en las jornadas previas a la diada, con fuertes enfrentamientos entre las fuerzas independentistas por divergencia en sus estrategias.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, inauguró la ofrenda, y en el parlamento posterior insistió en asegurar que "Cataluña volverá a votar su futuro colectivo". Por su parte, la presidenta de Junts Per Catalunya, Laura Borràs, marcó perfil afirmando que "solo nos ganaremos la libertad si somos capaces de defenderla y convertir Cataluña en una nación libre de Europa”.

El recibimiento de Esquerra Republicana no fue cordial, y los asistentes al evento les regalaron una sonora pitada, y eso que los dirigentes de ERC, encabezados por su presidente, Oriol Junqueras, y la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, llegaron gritando “Independencia'. Ante el clima de crispación contra su formación, Vilalta insistió en no confundirse de “adversario”, avisando que “lo tenemos delante, es el Estado español".

"Solo nos ganaremos la libertad si somos capaces de defenderla y convertir Cataluña en una nación libre de Europa". Laura Borràs, presidenta de Junts Per Catalunya.

En el monumento a Rafael de Casanovas también se dieron citas otras formaciones políticas como Unidas Podemos, con Jaume Asens a la cabeza, que reclamó más "ambición y avances más tangibles en la mesa del diálogo", mientras que Salvador Illa, por parte del PSC, pidió una Diada "de respeto" que manifieste la pluralidad de la ciudadanía y que ayude a fomentar la convivencia.

En un tono más social, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lamentó las peleas en el seno del gobierno y reclamó un "plan de emergencia" para hacer frente a la inflación y la crisis energética. En este mismo sentido, los sindicatos exigieron que los partidos “salgan del ruido” prioricen afrontar la crisis económica y social.

Otro plato fuerte de la Diada fue la ‘Fiesta por la Libertad’ que organizó Omnium Cultural. Este acto logró reunir a representantes de ERC, Junts, la CUP y los Comuns. Así, se pudo ver como el president de la Generalitat coincidía con la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, después de una semana de agrio enfrentamiento entre sus organizaciones y fuertes críticas al Govern.

En los parlamentos, el presidente de Omnium Cultural, Xavier Antich, se refirió al clima de división en el independentismo y se preguntó: “¿Cuándo cedimos a la tentación de enfrentarnos entre nosotros en vez de fortalecernos?”. Ante esta coyuntura, Antich se ha comprometido a impulsar un "nuevo marco estratégico" que aúne a todos los partidos y entidades independentistas para acabar con la división del movimiento. Finalmente ha denunciado la represión afirmando que “no nos persiguen por lo que hemos hecho, nos persiguen por lo que saben que haremos".

“¿Cuándo cedimos a la tentación de enfrentarnos entre nosotros en vez de fortalecernos?”. Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural.

Paralelamente, diferentes organizaciones y entidades han celebrado la Diada con actos propios y diferentes convocatorias. La organización juvenil Arran, vinculada a la CUP, ha congregado a unos 300 jóvenes, según la Guardia Urbana, en la plaza Sant Jaume, donde se han situado frente al Palau de la Generalitat y han arrojado huevos a la fachada. También han encendido botes de humo. Después se han dirigido a la sede de la Jefatura de la Policía Nacional en la Via Laietana, pero un dispositivo de antidisturbios les ha impedido llegar. Ha sido el momento más tenso de toda una jornada, que con múltiples reproches y clima enrarecido, ha discurrido sin incidentes.