La extraña forma que tenían en la Antigua Grecia de presentar a los bebés recién nacidos

Imagen de una escultura griega de una mujer con un bebé.
Imagen de una escultura griega de una mujer con un bebé.
WIKIMEDIA COMMONS
Imagen de una escultura griega de una mujer con un bebé.

Nuestra cultura occidental procede de las civilizaciones de la antigua Roma y antigua Grecia, y de ellas hemos heredado numerosas costumbres aún en plena vigencia. Una de ellas es el culto a los recién nacidos.

Cuando un bebé nacía, en la Grecia antigua se consideraba un evento de la mayor importancia y tras el alumbramiento, se celebraba una ceremonia religiosa para realzar la importancia del momento.

Se trata de la 'Anfidromia' (en griego, ἀμφιδρόμια, de las palabras griegas amphi —alrededor— y dromos —pista para correr—) era una ceremonia religiosa que se celebraba entre los griegos el quinto día, o según otros, el séptimo o el décimo, después del nacimiento de una criatura.

Consistía principalmente en dar vueltas a una hoguera, teniendo el niño en los brazos, presentándolo a los dioses lares y dándole en seguida un nombre delante de todos los parientes.

Los parientes, por su parte, acostumbraban a hacer pequeños regalos al recién nacido y terminaba la función con un suntuoso banquete. Se solía ofrecer un pulpo a la parturienta, probablemente para su purificación.

Además, la vivienda de los padres recientes solía adornarse en su parte exterior con ramas de olivo si el niño era niño, o con guirnaldas de lana si el niño era niña. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento